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Sense8: un final digno… pero nada más

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Sense8: un final digno… pero nada más

Una de las series cuya cancelación provocó mas llanto y crujir de dientes en las redes sociales, volvió con un final que se anunciaba como épico, pero se quedó corto.

El 5 de junio de 2015, Netflix estrenaba una producción original creada, escrita y dirigida por las Hermanas Wachowski y J. Michael Straczynski. La serie trataba sobre un tipo de humanos distintos a los sapiens: los homo senses. Los senses tienen la capacidad de formar clusters: grupos de personas con la facilidad de estar en contacto mental sin importar la distancia a la que se encuentren. La historia se centraba en las vidas de los miembros de uno de estos clusters, compuesto por: Will Gorski (Brian J. Smith), un policía de Chicago; Riley Blue (Tuppence Middleton), una DJ islandesa con un pasado complicado, Capheus «Van Damme» Onyango (interpretado por Aml Ameen en la primera temporada y por Toby Onwumere posteriormente), un conductor de Matatu en Nairobi; Sun Bak (Bae Doona), una mujer de negocios de Seúl; Lito Rodríguez (Miguel Ángel Silvestre), un famoso actor de películas de acción que no ha salido del closet por miedo a perder su carrera; Kala Dandekar (Tina Desai), una química farmacéutica comprometida en matrimonio con un hombre que no ama, Wolfgang Bogdanow (Max Riemelt), un ladrón de cajas fuertes berlinense que tiene asuntos pendientes con su padre  y Nomi Marks (Jamie Clayton), una mujer transexual de San Francisco, bloguera política y hacker.

El eje de la serie, mas allá de la acción, pasaba por temas como la política, la identidad, el racismo, la sexualidad, el género y la religión; con el eje puesto siempre en el respeto y la diversidad.

Tras una exitosa primera temporada, el 8 de agosto de 2015, (fecha que en que cumplen años los ocho personajes principales) la cuenta oficial de Twitter de Sense8 anunció que la serie había sido renovada para una segunda temporada, que se dividió en dos partes: el 23 de diciembre de 2016 se estrenó un especial de navidad de dos horas y el resto de la temporada se subió a Netflix el 5 de mayo de 2017. Pese a que esta segunda parte tuvo aún mejores críticas que la primera, el 1 de junio de ese mismo año se anunciaba la cancelación de la serie, por motivos económicos. La historia quedaba así, inconclusa y con muchas preguntas sin responder.

La presión de los fans en las redes sociales, que clamaban por el regreso de Sense8, obligó a la plataforma a llegar al menos a una solución de compromiso: se resolvió filmar un episodio final, de dos horas y media de duración, que explicase lo ocurrido en el capítulo final de la segunda temporada y diera un cierre definitivo a la historia. Ese episodio especial, titulado Amor Vincit Omnia, finalmente se estrenó el 8 de junio de 2018.

EL AMOR TODO LO VENCE (PONELE)

Si tengo que definir este «Gran Finale» con una sola palabra, la que usaría sin dudas es «digno». Y esto puede ser tomado como un elogio o no, según se mire. Es que este episodio tiene todas las virtudes y defectos de la serie. Para los fans, por lo tanto, no habrá motivo de quejas… aunque tampoco sorpresas.

El episodio nos da una conclusión satisfactoria a la trama relacionada con Whispers (Terrence Mann), al triángulo amoroso formado por Kala, Wolfgang y Rajan Rasal (Purab Kohli), a la traición de Jonas (Naveen Andrews) y la mitología de la serie en general. Tiene sus escenas de acción, algunas más logradas y otras dignas de un film de acción clase B, con los héroes disparando a lo bobo a enemigos que caen como moscas sin acertar un solo tiro. Tiene partes increíbles, como una despreocupada conversación romántica entre dos personajes (no doy mas detalles para no spoilear) que están en una situación de extremo peligro y deberían pensar en huir antes que en seducirse mutuamente. Tiene su orgía comunal, como no y también su número musical grupal (por cierto, gracias por elegir I feel you, de Depeche Mode) y hasta tiene su escena de franco mal gusto, con un primer plano de un dildo recién usado que no desentonaría en una película porno.

Si alguien viera solo este episodio, podría tranquilamente hacer una crítica de toda la serie, con sus aciertos y sus errores, porque no se les ha escapado incluir nada de lo que conforma el sello personal de Sense8. ¿Es esto bueno? Como fanático de la serie, debo decir que sí. Y como fanático de la serie, debo decir que no.

Es bueno porque podemos afirmar sin mentir que la serie no perdió su espíritu ni traicionó sus principios, entregándonos un final acorde a su esencia. Y es malo porque Lana Wachowski prometió un final épico y en su lugar, nos entregó… un episodio más.

 

#Culturanerd - Periodismo de corte fantástico

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