Series
Thats ‘90s show: Segundas partes nunca fueron. Punto.
Netflix alumbró la continuación de una de las comedias favoritas de nuestro redactor… esta vez, es personal.
UNA VIEJA ESPERANZA
A finales de los 90, cuando no existía el streaming, los canales de cable y los videoclubes eran la principal fuente de entretenimiento visual hogareño. Fox, Warner y Sony constituían la santísima trinidad de los amantes de las series y es en este último donde un servidor disfrutaba de Thats ‘70 Show (1998 – 2006). Como el nombre lo indica, transcurría en los años 70 (mas precisamente entre el 17 de mayo de 1976 hasta el 31 de diciembre de 1979) y seguía las andanzas de un grupo de adolescentes en el ficticio pueblo de Point Place, Winconsin. Eric Foreman (Topher Grace); su vecina e interés romántico Donna Pinciotti (Laura Prepon); Michael Kelso (Ashton Kutcher), el galán con escaso coeficiente intelectual y su ahora novia/ahora no Jackie Burkhart (Mila Kunis); Steven Hyde (Danny Masterson), típico representante del White Trash y Fez (Wilmer Valderrama) un estudiante extranjero cuyo país de origen nunca se develó. A ellos se les sumaban los padres de Eric, Red (Kurtwood Smith) y Kitty (Debra Jo Rupp), en cuyo sótano se reunían habitualmente los seis amigos y algunos secundarios recurrentes como Leo (Tommy Chong), quién pese a su edad compartía muchas de las aventuras de los muchachos, siendo generalmente el más irresponsable (y mas drogado) de todos. La serie alcanzó los 200 episodios a lo largo de 8 temporadas y cimentó la carrera de varios de sus protagonistas… bueno, tú no, Masterson[1].
EL REGRESO DE LA HIJA DEL JEDI
A 25 años de su estreno, Netflix decidió continuar la historia, esta vez situándola en los 90. Aunque Eric y Donna se casaron y se mudaron a Los Angeles, su hija Leia (Callie Haverda) decide pasar el verano en casa de los abuelos. Con el auspicio de Kitty y contra la voluntad de Red, el viejo sótano de los Foreman volverá a convertirse en el lugar de reunión de un nuevo grupo de jóvenes. Estos son Gwen (Ashley Aufderheide), quién vive en la antigua casa de Donna junto a su no muy brillante medio hermano Nate (Maxwell Acee Donovan); la novia de Nate, Nikki (Sam Morelos) es la típica chica top mientras que Jay (Mace Coronel), es el hijo de Michael Kelso y ha heredado de su padre la propensión a los amoríos; completa la troupe Ozzie (Reyn Doi) quien dado que estamos en los 90, es el infaltable amigo gay.
Aunque la mayoría de los actores de la primera parte aparecen en esta continuación, solo los abuelos de Leia se pueden considerar principales; Fez es un secundario con mucho peso y Leo ocupa el mismo lugar que en la serie original. Entre los elementos «heredados» tenemos la canción de apertura (In the Street), aunque en versión modernizada para ser más acorde a la época, así como los separadores en los que los protagonistas aparecen haciendo algo ante un fondo psicodélico o colorido. También El Círculo, que para los que no conocen la serie, es un tipo de toma grupal en el que la cámara va enfocando a quien habla, contra un fondo de humo, toses y risas tontas. Se usaba para sugerir el consumo de marihuana, al estilo de los «sándwiches» de How I meet your mother (2005 – 2014). Por último, también se vuelven a emplear las fantasías o sueños de los personajes en las que referencian a programas o películas de la época, muchas veces con participación de los protagonistas reales.
El IMPERIO CONTRAATACA (Y POR AHORA, PIERDE)
Lo mejor que puede decirse de la serie es que en líneas generales hace un buen aprovechamiento de los recursos que toma prestados de su predecesora. Lo peor es que esto resulta ser a la postre casi lo único bueno que puede decirse de ella. Los mejores gags tienen como protagonistas a Red y Kitty, sumamente cómodos en sus papeles. Las apariciones de Fez, personaje al que se le dio un excelente desarrollo, son otro de los momentos brillantes de la serie. Leo sigue haciendo básicamente lo mismo, con resultados algo más deslucidos por la repetición, pero aún así más interesantes que las interacciones del nuevo grupo de jóvenes. No es que los chicos actúen mal o que sus diálogos sean malos, pero se echa en falta la química que los personajes originales tuvieron desde el primer episodio. La excepción puede ser Ozzie, quien con sus a menudo ácidas intervenciones salva el día.
Esta primera temporada consta de 10 episodios de menos de media hora cada uno que en los que se comprime todo el verano de 1995. En poco menos de 5 horas la protagonista hace nuevos amigos, consume drogas por primera vez, se enamora, se siente confundida al respecto y vuelve a casa. Todo pasa demasiado rápido como para que se permita un buen desarrollo de personajes.
El factor nostalgia sin duda nos llevará a darle una oportunidad, que se verá retribuida con las apariciones de viejos conocidos y la recreación de antiguas situaciones, que como ya se dijo serán la fuente principal de humor. Pero la serie carece de una identidad propia y a la hora de decir «vine por nostalgia y me quedé por…», la oración quedará sin completar. Está por verse si una segunda parte hará que reemplace esos puntos suspensivos con un argumento contundente.
[1] En 2018 Danny fue «cancelado» por Netflix tras denuncias de violación.
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