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“The Marvelous Mrs. Maisel”: combo justo de comedia y empoderamiento
Reseñamos la serie creada por Amy Sherman-Palladino y disponible a través de Amazon Prime.
Suele ocurrir que frente a un escenario plagado de opciones y plataformas que están a solo un click de distancia, muchas producciones no cuenten con la popularidad y presencia que merecen. Teniendo esto como contexto, en 2017 emergió “The Marvelous Mrs. Maisel”, una producción exclusiva de Amazon que rápidamente se convirtió en uno de los caballitos de batalla de la plataforma de streaming en sus primeros años. Tanto la crítica como los espectadores brindaron el visto bueno de manera inmediata, razón que apresuro la confirmación de una segunda temporada. En cambio, en nuestro país nunca consiguió formar parte del boca a boca, razón que puede hallarse en la llegada algo tardía del servicio (lo hizo dos años más tarde) momento en que la efervescencia por la serie estaba en baja.
Una lástima ya que estamos ante una verdadera joya que brilla con luz propia y que ha sabido mantener su nivel hasta su reciente finalización tras cinco temporadas.
“The Marvelous Mrs. Maisel”, creada por Amy Sherman-Palladino, es una obra maestra que combina magistralmente la comedia, el drama y el empoderamiento femenino en la década de 1950. Cuenta con una protagonista carismática, un guion afilado y una ambientación impecable que consigue transportarnos a una época llena de glamour, magia y energía.
La serie:
“The Marvelous Mrs. Maisel” nos narra la vida de Miriam “Midge” Maisel (interpretada por Rachel Brosnahan), una mujer judía oriunda de Nueva York que, de acuerdo a los paradigmas de la época, parece tener su vida cuanto menos resuelta. Transcurre sus días sin mayores pretensiones más que las de un ama de casa de los años 50, siempre obediente y atenta a los requerimientos de su marido e hijos. Su núcleo familiar es muy unido – características en las que se suele poner el acento cuando se retratan familias judías – teniendo una relación estrecha con sus padres y suegros. Toda esa aparente calma implosiona cuando su esposo Joel le comunica que la dejará por su secretaria. Inundada por la ira y el alcohol, Midge terminará esa noche en el escenario del café “Gaslight” hablando sin filtro, pero con mucho ingenio, de las intimidades y miserias de la pareja, improvisando una suerte de show de stand up. La protagonista descubrirá así su pasión por la comedia, actividad que servirá como punto de partida para un viaje de autodescubrimiento en el que Midge desafiará las expectativas sociales de la época abriéndose paso en la industria del entretenimiento con una mezcla irresistible de valentía e inteligencia.
Uno de los mayores aciertos de la serie radica en su perfecta ambientación. Es un completo placer recorrer visualmente la ciudad de Nueva York tal y como la plantean los creadores. La recreación de la década de 1950 es impresionante, con una atención meticulosa por los detalles. Hay escenarios deslumbrantes con clubes nocturnos glamorosos y diseños de vestuarios coloridos (sobre todos los que viste la propia Midge). Estas características, a las que se suma una banda sonora exquisita, brindan autenticidad a la narrativa y permiten que como espectadores podamos sumergirnos por completo en la estética de la época.
“The Marvelous Mrs. Maisel” destaca también por su guion lleno de diálogos rápidos en los que abunda la ironía. El recurso es un sello distintivo de su creadora Amy Sherman-Palladino, también de origen judío, que al igual que hacía en “Gilmore Girls” da forma a personajes muy queribles que interactúan de manera muy ingeniosa.
Claramente se trata de una comedia, sin embargo la serie se sirve de recursos que abren el debate y permiten analizar el rol de la mujer en esa época. Con un mensaje feminista se abordan temas como la igualdad de género en una sociedad dominada por hombres y tópicos como la independencia y la realización personal y profesional. Midge se abre camino en un mundo que no está listo para aceptar no solo a una mujer en el escenario de la comedia sino a una mujer con cosas por decir. No es fácil equilibrar la profundidad emocional con la infinidad de chistes que se presentan y la serie lo consigue de manera óptima.
Nada de esto sería posible sin la brillante interpretación de Rachel Brosnahan (ganadora del Globo de Oro a la mejor actriz por este papel) como Midge Maisel. La actriz ejecuta un personaje que le sienta como anillo al dedo. Haciendo gala de un carisma absoluto sabe bien cuando es momento de acelerar el paso y cuando mostrarse vulnerable. Se desenvuelve de manera fresca y enérgica en los escenarios de stand up con una velocidad feroz en sus rutinas.
Junto a la actriz Alex Borstein, quien interpreta a Susie Myerson, mánager de Midge, forman una dupla que roza la perfección. La química entre ambos personajes es mágica y producto de esa interacción es que se dan los mejores momentos de la serie. Susie Myerson también necesita dejar atrás una vida llena de fracasos y hacerse lugar en la industria.
Es imposible encontrar puntos flacos en la selección del elenco. Todos los personajes secundarios encuentran su momento para destacarse, sobresaliendo las actuaciones de Tony Shalhoub (de la serie Monk), como el exigente, pero tierno padre de Midge; Marin Hinkle encarnando a su madre como Rose Weissman y Michael Zegen como su esposo Joel Maisel.
Su quinta y última temporada culmino el pasado 26 de mayo con la emisión del capítulo “Four Minutes” dirigido por su creadora Amy Sherman-Palladino. En casi una hora y media de duración la realizadora consiguió dar un cierre emotivo a la historia de Midge sin privar de atención a cada una de las personas importantes de su vida. Un final que no se siente para nada apurado y que permite, ante todo, que los espectadores puedan despedirse de los personajes. Se trato de una temporada que a diferencia de las anteriores viajo con suma frecuencia hacia el pasado y futuro de los mismos, por lo que sabíamos de antemano que Midge había conseguido la tan ansiada fama gracias a su talento en la comedia.
A pesar de ello, el momento quiebre de su profesión era una incógnita que finalmente se revela en este capítulo. “Solo tienes que dar el paso y reclamarlo. Cuando lo hagas, todos sabrán quién eres”, le decía el comediante Lenny Bruce (una especie de mentor para Midge) simulando leer el mensaje de una galleta de la fortuna. Y así lo hizo.
Hay otros momentos muy logrados como la empatía y reconocimiento de sus padres, la vulnerabilidad con la que Susie se muestra al relatar un tema personal o el amor que mantiene con su ex esposo más allá de la culminación de su matrimonio. No obstante es cuando la serie indaga sobre el futuro de la relación entre Midge y Susie cuando alcanza el momento más álgido. Amigas, socias, compañeras…y almas gemelas.
En conclusión, “Mrs. Maisel” es un producto que trasciende la comedia convencional. Con el humor y la fuerte determinación de Midge como banderas, la serie nos invita a reflexionar sobre las barreras que las mujeres han tenido que atravesar en su lucha por el reconocimiento y la igualdad. Lo hace capturando de manera excepcional la esencia de unos años 50 retratados hasta el mínimo detalle. Cuenta con un guion divertido, con algunos giros inesperados, y personajes entrañables, justificativos más que suficientes para posicionarla entre lo mejor de los últimos años.