Cómics
Teatro Mutante III: De la gloria al futuro incierto (1980-1981)
Presentamos un nuevo capítulo del repaso por las distintas etapas de los X-Men.
Sé que estoy haciendo algo de trampa escribiendo sobre tan pocos números en esta nota, pero es que pasa tanto en tan poco tiempo, que no quería dejar afuera nada del final de la colaboración de Claremont y Byrne en esta etapa de X-Men.
Habíamos quedado en el Uncanny X-Men 134, dónde Jean se había convertido en Dark Phoenix. Para esta altura, los altos poderes de la heroína eran un problema, y el guionista Steve Grant sugirió a Claremont convertirla en villana, algo que a Chris le resulto bastante lógico, puesto que, una persona que recibe ese nivel de poder, sumado a la manipulación que el Fénix llevaba a cabo en la mente de Jean, hubiese corrompido incluso al más noble de los superhéroes.
“Jean Grey debe morir”. La saga del Dark Phoenix
Para sorpresa de nadie, Phoenix derrota a los X-Men, y asciende al espacio dónde, para satisfacer sus ansias de poder, destruye una estrella con todo su sistema solar incluido. Lo peor de todo lo anterior narrado es la viñeta que revela al lector que este mundo estaba habitado, la misma, supuestamente, no estaba en el guión original de Chris Claremont, pero John Byrne decidió incluirla igual para acabar con una raza extraterrestre incluida en un número de Avengers, los D’Bari. Phoenix es interceptada por Lilandra y los Shi’Ar, dónde la ahora villana vuelve a matar sin piedad, esta vez a una flota entera.
Mientras tanto, Los X-Men se preparan para enfrentar a su ex compañera y amiga, pero son nuevamente derrotados cuando ésta regresa a la Tierra. Es necesario combinar los poderes del Profesor X, las palabras de Cíclope, y la voluntad de Jean para borrar la entidad maligna. La pelirroja vuelve a su nivel de poder propio de su identidad de Marvel Girl. Parece que todo terminó, pero aún falta el complicado acto final
The Uncanny X-Men 137 no solamente paso a la historia por su contenido en sí, sino por lo que significó creativamente tras bambalinas. La idea de Claremont y Byrne era que Jean Grey debía pagar por los asesinatos realizados en su identidad de Dark Phoenix, para ello, La Guardia Imperial Shi’Ar se enfrentaría a los mutantes en la Zona Azul de la Luna, Jean Grey sería capturada, y su memoria sería alterada para no volver a convertirse en Phoenix. Con el comic ya listo, “el emperador” Jim Shooter hizo su aparición, y con sus poderes de Editor en Jefe dejó claro su decisión: No era suficiente, Jean Grey debía morir
Las páginas finales del número fueron reescritas y reedibujadas con mucha bronca por los autores, que encima tuvieron que hacerlo rápido para llegar a tiempo a la imprenta. ¿Qué sucedía entonces? SPOILER DE CUARENTA Y CUATRO AÑOS SE VIENE, Jean se suicidaba con un arma Kree, frente a Cíclope, para no perder de nuevo el control a favor de Fénix. Scott no puede creer que, tras por fin declarar su amor, su compañera le sea arrebatada tan rápidamente frente a sus ojos.
Las cartas no tardaron en inundar Marvel, como había pasado con Gwen Stacy un par de años antes, pero no hubo, al menos en ese momento, brazo a torcer, Jean seguiría muerta, y todos creímos que iba a ser para siempre.
Lógicamente, el siguiente número fue el funeral de la heroína, con Cíclope repasando toda la historia del grupo, obviamente bajo su perspectiva, para decir adiós al mismo al final del número. A pesar de que Ángel vendría a reemplazar el puesto vacante dejado por Scott, la nueva líder del grupo sería Storm, raro en aquéllos días, y Kitty Pride se convertiría en la sangre nueva para inaugurar la siguiente etapa.
El ascenso de Kitty Pride, un futuro posible y la partida de John Byrne
En el siguiente número, ya estamos en el 140, John Byrne siguió metiendo manos en los guiones, y esta vez no sólo doto a Wolverine de un nuevo traje, de color marrón y naranja, sino que volvió a mandar a Logan a Cánada, junto a Nightcrawler, para resolver sus problemas con el gobierno de dicho país. Nos enterábamos de que Alpha Flight no eran villanos, sino superhéroes, y un poco más de abordaje sobre el pasado del tipo de las garras.
Para los siguientes dos números, Byrne le propuso un reto a Claremont, recuperar a los Centinelas como villanos, hacerlos triunfar frente a los mutantes y el denominado Homo Superior (Años después, Byrne admitirá haberse basado en el episodio del Dr Who “Days of the Daleks”)
Días del Futuro Pasado nos presenta un futuro apocalíptico y distópico, donde los robots gigantes han arrasado con los Estados Unidos y gobiernan con puño de hierro. Dentro de todo este panorama desolador, vemos que los mutantes sobrevivientes están, o en campos de concentración, o formando parte de un grupo de resistencia. Uno de ellos, obviamente formando por X-Men, posee un plan: mandar la mente de la Kitty Pride adulta al cuerpo de su yo más joven, para evitar el acontecimiento que desencadeno el triunfo de los Centinelas.
Los paralelismos con la Alemana Nazi y el holocausto presentados por Claremont, un judío que pasó parte de su juventud en un Kibutz (comunidad agrícola israelí), son evidentes, y seguramente motivaron las ideas principales que volcó en esta historia. Además, con una genialidad que podría emocionar hasta el propio Jim Shooter (Los fanáticos de la Legión de Superhéroes me entenderán), propone acontecimientos que se harán realidad más adelante, cómo la relación de Kitty Pride y Coloso, el paso de Magneto al mando de los buenos por las circunstancias, y Rachel-Grey Summers, una telépata pelirroja que tendrá mucho protagonismo en el futuro de la colección.
Pese a su magnificencia, el equipo creativo de Chris Claremont y John Byrne va a despedirse al número siguiente, el 143, un unitario homenaje a la película Alien, con Kitty Pride en el papel principal, que sirvió para seguir presentándola ante el lector mutante. Sin embargo, harto de sus desencuentros con Claremont, Byrne abandonaría la serie.
Vayamos al problema: el artista dibujaba lo que se le pedía en el guión, pero luego, algunos de los diálogos, a su parecer, contradecían su arte, haciéndolo quedar mal. Su incipiente, y posteriormente legendario ego, lo hacía creer que el éxito de la revista era exclusivamente por sus aportes, y que podía obrar como autor integral, sin depender de nadie más. El tiempo le daría la razón en otras series, como los 4 Fantásticos o Alpha Flight, pero los X-Men serían por mucho tiempo su piedra en el zapato, y aunque reconoció luego que Shooter y Claremont tenían razón con la resolución que salió publicada en el polémico 137, terminó distanciado de ellos por muchos años, incluso llegando a plasmar mucha de su bronca hacia el joven Editor en Jefe en algunas de sus historias a posteriori. Con la partida de Byrne, también se fueron algunas de sus posibles ideas, que nunca terminaron de comprobarse, como la muerte de Mariko en manos de Sabretooth, o la revelación de que este era el padre de Logan.
Más allá de esto, Chris Claremont se quedó, después de todo, era ya aclamado por público y crítica, y si bien muchos hoy consideran que los mutantes no alcanzaron nunca el nivel mostrado en estos años, lo cierto es que el joven Chris tenía todavía mucho por contarnos, pero eso lo veremos en la próxima
