Antídoto de Farías y Vergara. Divertimento sobre la marcha

Lanzada durante la última Crack Bang Boom (si, un poquito tarde la reseña), Antídoto se ha convertido en una de mis historietas favoritas del 2024. Y es que, a pesar de sus breves 136 páginas, la obra es una perfecta combinación de humor, acción y reflexión sobre el mundo en el cuál vivimos, que a veces espanta más que la propia ficción.

Tanto Ale Farías como Marcos Vergara coincidieron en que el inicio de este proyecto fue unos bocetos que el artista mostró a su compañero, aludiendo a que le gustaban mucho, para ver si se animaba a escribir una historia con los mismos. El resultado fue una historia dónde la aventura se va desarrollando en base a las acciones de los personajes, terminando  con algunos giros de trama inesperados, que sorprenderán y harán incomodar un poquito al lector. Dicha historia nos cuenta cómo dos amigos (Apo, Nejo), se aprovechan del viaje que tiene que realizar un tercero (Toga), para visitar Lumbrosa, una ciudad dónde los hongos alucinógenos se comercializan libremente.  Los tres animales antropomórficos, se verán inmersos en una lucha entre dos mujeres, un robot y una salamandra, que trae detrás una consecuencia terrible para el mundo.

Lo que al principio puede parecer una comedia bizarra, termina derivando en una historia mucho más compleja, donde las risas son un añadidura más a lo que la oscura trama  esconde por detrás, que lejos está de los coloridos escenarios y dibujos del relato.

Hablando del caricaturesco dibujo, que puede hacer pensar en una historia más “Inocente”, es la antítesis perfecta al frenético guión que, ya establecimos, que de inocente no tiene nada. La paleta de colores es clave, a pesar de que  algunas páginas están más nítidas, consecuencia de la impresión.

Vergara resumió la historia en “una aventura entre amigos, en un viaje lisérgico, que termina en una cosa medio pandémica”, y creo que no hay mejor forma de definir y vender esta historieta.  Una novela gráfica que esconde más de lo que se muestra en la batea de las comiquerías.