Cómics
“BOYS RUN THE RIOT” de Keiko Gaku. Edita Planeta Comics
Llega a nuestro país uno de los primeros mangas en tener como protagonista una chica transgénero. Por Guido Barsi.
Llega a nuestro país uno de los primeros mangas en tener como protagonista una chica transgénero. Ryo es una mujer en el cuerpo de un chico. Estudiante de secundaria duda mucho en ser abierta con sus sentimientos por miedo al rechazo que esto generaría hasta que conoce a Jin, un compañero nuevo de su clase que está marcado por ser repetidor. En ese encuentro se dan cuenta que ambos comparten sus gustos en ropa y deciden encarar juntos un sueño: la de crear una línea de ropa propia.
Keiko Gaku (junto con un equipo de ayudantes, como todo mangaka que se le aprecie) es el autor de esta miniserie que enfoca su trama en como Ryo descubre su identidad de género y todas las trabas y complicaciones que le generan como estudiante, trabajadora o simplemente como persona en su vida diaria al no sentirse identificada como los demás la ven.
Lo más atractivo de la historia, y por lo cual nos acercamos al manga, es por la historia de Ryo en su búsqueda de identidad que, aunque ella lo tiene muy en claro, la mirada y la opinión de los demás es lo que la deja pensando en si en verdad es lo que quiere o si simplemente debería bajar los brazos y ser como los demás esperan que sea.
Está parte de la historia es lo que más se siente real, sobre todo cuando su autor nos muestra como algo tan sencillo como trabajar es una complicación para nuestra protagonista que debe aclarar e informar sobre su identidad cuando no debería ser así. Sabiendo que es lo que ella quiere ser, ¿por qué debería ser otra cosa solo porque choca con lo que demás pretenden de ella?
Cuando el guion no se centra en esto, tenemos un manga bien llevado por la línea de lo clásico que cumple sin despeinarse: un estudiante “forajido” que no le importa el que, un estudiante que sabe, pero no se anima a seguir sus sueños, una joven bien plantada que debe enfrentarse al mundo. Todos personajes bien establecidos que sirven para que la protagonista se sienta reflejada y pueda seguir en su camino de descubrimiento.
La idea de hacer una marca de ropa funciona como expresión exterior para lo que los personajes están buscando en su vida, la de seguir los sueños y ser bien claro en que aquello que queremos, aunque nos impongan trabas, hay que sortearlas y seguirlas.
La parte visual es la que deja bastante que desear, se apoya mucho en los personajes usando muchos primeros planos y fondos pocos detallados (y cuando lo hay, son fotos que no se amalgaman bien) y varios personajes solo se diferencian en el estilo del pelo. Si hay una grata mejora cuando el guion le exige el diseño de la ropa o de los grafitis que la protagonista usa para expresarse, ahí si vemos una cuota interesante en la ilustración, aunque nuevamente el uso del 3D no bien mezclado con el dibujo no ayuda.
Estamos en un manga sencillo que aspira a contar una realidad actual sin tener que ensuciarse mucho o retratar situaciones extremas, solo la búsqueda de una chica por su identidad de género mientras tiene que lidiar con el mundo actual y con ella misma.
