Cómics
Nosotros no somos, como los otros
Repaso de El Otro, de Angel Mosquito, en su flamante reedición
Leitmotiv Editora es el nombre de un nuevo sello nacional, capitaneado por el autor rosarino Walter Koza, que irrumpió recientemente en el mercado con una original y jugada propuesta creativa, no exenta de riesgo comercial. Y es que desde la colección de libros titulada Plagiarios por anticipación la idea es apuntar al rescate de obras vanguardistas, que exploran posibilidades creativas surgidas a partir de la supresión formal y estética de convencionalismos propios del género historietístico.
El debut, sin ir más lejos, recupera un trabajo descatalogado íntegramente a cargo del gran Angel Mosquito (Martínez, provincia de Buenos Aires, 1976). Historieta gestada allá lejos y hace tiempo, en 2004, para La Productora (aquel recordado colectivo de jóvenes creadores independientes porteños que además de editar, militó social y culturalmente la historieta mediante muestras y talleres itinerantes), El Otro vuelve casi dos décadas después con nuevo formato (24×17 cms.) y 36 páginas B/N, que incluyen además, un prólogo a cargo del editor y la biografía del autor, manteniendo la portada y contraportada originales con un nuevo diseño gráfico a cargo de Pablo Colaso.
Encuentro supremo
La acción se ambienta en el actual continente europeo, hace cuarenta mil años, en un convulsionado mundo prehistórico signado por constantes cambios geográficos y climáticos, donde la supervivencia comienza a tornarse cada vez más difícil, debido al frío y la falta de alimento. Estamos frente a una historieta de 30 páginas, prácticamente muda (si nos ajustamos a una descripción meramente formal), que narra un hipotético cruce entre los miembros de una tribu Neardental con uno de los primeros Homo Sapiens, separado de sus iguales por un imprevisto accidente natural, situación que termina configurando una original reversión de aquella confrontación ancestral, que determinó la paulatina extinción de una especie, evolución mediante.
A esta sencilla pero pensada premisa inicial, sigue un interesante desarrollo, en el que importa tanto la forma como el fondo de los sucesos que se narran. Con una mirada casi antropológica respecto de la compleja coexistencia entre diferentes tribus homínidas (algunas más salvajes que otras), pero proponiendo un abordaje ciertamente innovador (entonces, ahora) al momento de plasmarlo en viñetas. La comunicación entre los personajes no va a estar mediada por palabras, como es costumbre, sino por imágenes que, símil íconos, representarán pensamientos, conceptos e intenciones desde y a través de los globitos, en un desafío que terminará siendo de carácter doble, puesto que también terminará alcanzando al modo de interpretación última. Demandando el compromiso activo del lector.
Cuestiones tales como la integración, aceptación de las diferencias, el aprendizaje de nuevos saberes, los liderazgos, la organización al interior del grupo para las distintas tareas cotidianas y el lugar de la mujer, resultarán fundamentales en la trama. Para el final, Mosquito se reserva un giro vinculado a la teoría darwinista que, induciendo a la reflexión, nos dibuja una sonrisa. Lo bueno, breve, dos veces bueno.