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Un pueblo teñido por las sombras de su pasado

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Un pueblo teñido por las sombras de su pasado

La joven editorial porteña lanzó “Índigo”, un thriller con toques de terror y elementos sobrenaturales a cargo de la dupla conformada por Gonzalo Duarte en guiones y Tomás Aira en dibujos.

Más allá de que estamos en presencia de uno más de los tantos años complicados para la industria editorial, muchos de los sellos jóvenes aún consiguen respetar sus planes de publicación para este año. Sin dudas mucho tuvo que ver la reciente edición de la convención de historietas “Crack Bang Boom” realizada en la ciudad de Rosario. La edición número once llegó tras un párate de dos años producto de la pandemia, razón que obligo a las editoriales a presentarse a la misma con un cierto stock renovado.

Teniendo esto como marco Pi Ediciones presentó “Índigo”, una nueva novela gráfica que, como ya es costumbre, apunta especialmente al público joven y adulto.

No se trata de un lanzamiento más, “Índigo” representa para la joven casa editorial “el proyecto más grande y ambicioso hasta el momento”.

Se trata de un thriller apasionante con toques de terror y elementos sobrenaturales que se compone de 96 páginas impresas totalmente a color en un clásico formato de de 17×23 cm. Cuenta con guiones a cargo de Gonzalo Duarte y dibujos del artista Tomás Aira.

La construcción del suspenso es, quizás, uno de los mayores meritos de “Índigo”. El mismo ira en aumento de manera progresiva al tiempo que comenzaran a ser revelados, de manera concreta, muchos de los indicios volcados a lo largo de las páginas. No en vano hasta bien entrada la historia no sabemos prácticamente nada de los personajes protagonistas.

“En un pueblo oscuro y lleno de amenazas, su mayor desafío será derrotar aquellos fantasmas del pasado”, reza la contratapa de la obra haciendo referencia a una protagonista de la que ni siquiera sabemos su nombre así como a la denominación del pueblo, Índigo, al que viajará movilizada por un llamado de características sobrenaturales.

Un velo de misterio sobrevuela la figura del personaje principal desde la viñeta inicial. Sabemos que está internada, probablemente en un neuropsiquiátrico, lugar donde le rapan el pelo y la obligan a tomar pastillas. Apenas 6 cuadros bastan para que Aira como dibujante consiga exponer el crecimiento y quiebre en la personalidad de un personaje que, lógicamente, no será el mismo al salir.

Así emprende un camino a “Índigo”, con solo una mochila y un pasado a cuestas que irá develando con el correr del tiempo. El lugar huele a muerte y atraviesa la peor sequia de su historia pese a estar atravesado por un río del que los pueblerinos prefieren huir. “Esa agua mejor dejarla correr” le dicen en el hotel donde se hospeda, espacio donde vivirá episodios por los que abandonará la ingesta de pastillas. El guión desde ese momento coquetea, aunque después solo se quede en eso, con la idea de qué es real y que no.

Lo cierto es que si bien el poncho de Clint sobrevuela el relato (llega a un pueblo con una fuerte necesidad por sanar), a diferencia de este, “Miss moralidad” como en algún momento se la menciona; hace demasiadas preguntas. Estas la llevarán a terminar prácticamente muerta al tiempo que la acercaran a los otros dos personajes de peso en la historia, unidos por el contacto que han mantenido con el río.

El encuentro de los tres marcará el quiebre de la historia que indagará en los secretos que se esconden detrás del pueblo al tiempo que tenderá puentes en torno al pasado de la protagonista.

El guión de Gonzalo Duarte es fluido y despliega un sinfín de herramientas para mantener al lector preso de la trama. Construye motivaciones solidas, personajes atrayentes y un villano con todas las letras. Si es cierto que se echa de menos un mayor tiempo dedicado a algunos de los personajes centrales, sobre todo a uno que conceptualmente guarda muchas semejanzas con “La cosa del pantano” (personaje creado por Len Wein y que inició su época más gloriosa de la mano del guionista Alan Moore).

Tomás Aira lo acompaña de manera soberbia, el artista de vasta trayectoria local e internacional, hace uso de una paleta de colores escueta donde abundan los tonos rosas y violetas. La elección es funcional al buen ritmo del relato y permite disfrazar algunas de las viñetas con menor acabado en los detalles. Dibujos simples, personajes de rasgos fuertes y una correcta decisión en la composición de las viñetas en las páginas (están muy bien representados los momentos de la historia que requieren leerse de manera más dinámica), constituyen los  puntos más fuertes de su labor.

“Índigo” nació originalmente de manera digital en “Viñeta uno”, sitio web de historietas creado y dirigido de manera conjunta por el propio Gonzalo Duarte y por el también guionista Areka Sadaro. Se extendió a lo largo de dos años, desde 2015 a 2017, anexando nuevas páginas de manera semanal hasta su finalización. Una vez concluida, la novela gráfica comenzó la búsqueda de una editorial que la cobijara de manera física. En el año 2019  plasmó su primera edición en el mercado americano bajo el ala de de la editorial Heavy Metal/Virus.

Siete años tuvieron que transcurrir para que llegue al mercado nacional de la mano de Pi Ediciones. Se trata de una versión remasterizada de aquella original, con un trabajo de corrección en colores, textos y una ilustración de portada exclusiva.

“En 2015 en un bar porteño nos embarcamos en esta aventura que ahora tienen en sus manos. Fué un camino de aprendizaje con alegrías y frustraciones. Para esta edición hicimos una tapa nueva y modificamos la paleta de todo el comic, cambiamos la primera página y revisamos los diálogos, a la luz de la experiencia, y creemos que esta edición se acerca lo más posible a lo que quisimos hacer originalmente”, sostiene el equipo creativo.

Participan también de la edición Darío Ulises Reyes en diseño y Limay Uribe Ruberti en maquetación. La ilustración de tapa también corresponde a Tomás Aira.

La novela gráfica puede adquirirse a través del sitio web de la editorial (https://pi-ediciones.com.ar) así como en distintas comiquerías.

Los artistas:

Tomás Aira (Buenos Aires, 1979) lleva años trabajando como dibujante de historietas para el mercado extranjero y local. Se destaca su participación en la serie “War stories” del sello Avatar Press donde trabajo a la par del aclamado guionista Garth Ennis (“Predicador”, “The Boys”). En la actualidad trabaja con “Dark Horse”, casa editorial donde realizó “The Whispering Dark” y “The Secret Land”. En nuestro país publicó trabajos como “78km/h” y “Extraños cuentos de guerra”, ambos editados por Rabdomantes y colaboró con distintas antologías como “Historietas Revolver” y “Terminus”.

Gonzalo Duarte (Buenos Aires, 1986) codirige desde el año 2014 el sitio web “Viñeta Uno” dedicado a publicar historietas digitales. Para el espacio produjo numerosos guiones destacándose especialmente “Último acto”, policial en el que trabajo  junto a la ilustradora Manuela Mauregui. En 2019  la historieta fue recuperada físicamente por la editorial Primavera Revolver, quien la publicó dividida en cuatro capítulos en las primeras entregas de su revista.

Su llegada al mundo del comic se hizo esperar. Empezó su carrera profesional trabajando en estudios de animación, “Patagonik Films” (El Arca) y “Hook Up” (Cartoon Network) y como colorista para editoriales de los Estados Unidos como “Boom Studios” y “Oni Press”. Tras su paso por el taller de guión de Diego Agrimbau decidió dedicarse, casi de manera excluyente, a los guiones siendo sus primeras publicaciones en los libros “Antología Zombie” (Ovni) y las revistas “Próxima” y “Términus”.

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Su título reza que es periodista, casi un 007, pero es lo de menos. Lo verdaderamente importante es que todavía sueña con lo que va a ser cuando sea grande.

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