Cómics
Los X-Men que olvidamos. La Primera etapa de los mutantes de Marvel (1963-1970)
Manuel Garcia Muro repasa las primeras historias de un grupo de mutantes que lejos estaban del éxito que les deparo el futuro.
A diferencia de lo que muchos creen, los X-Men no tuvieron éxito desde su creación, es más, podríamos agregar que fue uno de los grandes fracasos de la Marvel naciente de los años ’60. Esto no significa que X-Men vendiera mal (de hecho, vendía mejor que lo que vende un comic de superhéroes hoy en día), pero, al lado de éxitos inmediatos cómo Spiderman y Los 4 Fantásticos, estaba claro que los mutantes no habían atraído demasiado al público marvelita.
Con tan sólo 66 números, la revista Uncanny X-Men tuvo que recurrir a reimpresiones durante cinco años, de 1970 a 1975, y observar, desde lejos, el éxito de una editorial Marvel en ascenso, hasta su gloriosa revancha a partir de la segunda mitad de los ’70. Ahora, la gran pregunta es ¿Por qué fracasó X-Men en un inicio? ¿No hay nada rescatable de esta primera tanda de historias de los mutantes? ¿Eran iguales las historias originales a las que, luego conocimos, a partir de los ’70? Vamos a ver.
La Creación: Conflictos, ¿Qué se creó primero?; Doom Patrol vs X-Men
Antes de la polémica, vamos a leer la versión del propio Stan Lee. Según el guionista pulpo de la Marvel, en 1963, Martín Goodman (editor de entonces), lo llamo para encomendarle la creación de un nuevo título de superhéroes. “Me pidieron que inventará otra idea para superhéroes, pero tenía que ser refrescante, nueva, completamente diferente y totalmente única. Yo tenía ganas de inventar un concepto nuevo y tenía el germen de una idea dándome vueltas en la cabeza”. Según Stan, los lectores necesitaban tener un nuevo enfoque, es decir, personajes que ya hubieran nacido con superpoderes, y su cabeza le trajo la idea de la era atómica en la que se estaba viviendo por aquéllos años, y sus consecuencias, es decir la mutación. “Mutantes, alguien que sufrió un hipotético e inesperado cambio en su legado genético, produciendo un nuevo individuo que es, básicamente, distinto a los padres (…) para abreviar, un engendro, una aberración de la naturaleza. Alguien ha sido cambiado, para mejor o para peor”. Tras esto, asignó a nada menos que Jack Kirby que, como siempre, no se dedicó sólo a dibujar, decía Stan: “Ni bien discutimos las premisas básicas con Jack empezamos a darnos máquina. Decidimos crear dos grupos de mutantes, uno bueno y uno malo. Uno trataría eternamente de subyugar a la raza humana y el otro a batallaría incesantemente para protegerla”. Finalmente, para el momento del título, el editor les sugirió que la palabra mutante no era conocida por los jóvenes lectores, por lo cual, el equipo creativo tuvo que rebuscarse: “Después de un tiempo, decidí que cada mutante tenía una habilidad extra de algún tipo y se me pegó la palabra “extra”. Ahí se me ocurrió. Llamaría a su líder Profesor Xavier, o, para abreviar, Profesor X. Así, sus alumnos serían los X-Men, un nombre con un lindo toque dramático. Además, la X de X-Men encajaba con el poder “X-tra” que cada mutante posee” recordaba Lee.
Ahora que sabemos el desarrolló que Lee y Kirby le dieron a los X-Men, vamos a los golpes. Los X-Men salieron en su propia revista “Uncanny X-Men”, en julio de 1963. Cinco meses antes, en la editorial de enfrente, es decir, DC Comics, había salido, en The Greatest Adventure n°80, un grupo de superhéroes marginados con poderes que no querían tener, liderados por un tipo en silla de ruedas. Sí, era la Doom Patrol (La Patrulla Condenada), creada por Arnold Drake, Bob Haney y Bruno Premiani (quién trabajó en nuestro país desde la década de 1930 hasta 1950). Según Drake, Stan Lee le había robado la idea, a través de guionistas o dibujantes que trabajaban para ambas compañías (en algunos casos, con seudónimos por cuestiones de contrato exclusivo). Drake afirma: “Entonces, no es imposible que cuando presenté mi idea a la oficina (…) alguien haya escuchado que tenía una idea sobre un grupo de héroes reacios, con problemas y liderados por un hombre en silla de ruedas”. Dicho esto, existe la posibilidad de que los conceptos de la Doom Patrol hayan llegado a los oídos del viejo Stan, pero es notorio que el desarrolló es algo que él y Kirby fueron construyendo de forma conjunta, sin necesidad de terceros. Saltando esta polémica, vamos a las aventuras de los mutantes.
Conceptos varios, poco contenido social. Historia y análisis de los primeros 66 números originales de “The Uncanny X-Men”
Antes de meternos de lleno en la historia propiamente dicha, vamos a repasar un poco a los miembros originales de los X-Men. Los cinco primeros que conformaron ese grupo fueron: Cíclope (Cyclops), Marvel Girl, Iceman, Bestia (Beast) y Ángel, todos al mando, o bajo la tutela, del Profesor Charles Francis Xavier, o Profesor X. De los personajes dice Stan: “(…) tratamos de ir contra los estereotipos. Por ejemplo, me encantó hacer a Beast, que era el más grandote, peludo y de aspecto más bestial de todos, el más educado, culto y elocuente del grupo. Mientras yo siempre pensaba que el segundo al mando debía ser algo así como un valiente espadachín, Cyclops era una figura trágica y apesadumbrada, temeroso del efecto letal de sus poderes. Y después estaba Iceman. Tenía mucho miedo de que los lectores no lo aceptaran, pero pensé que si les gustaba Human Torch ¿por qué no?”. Pero Stan no sólo se dedicó a explicar a los superhéroes, también hablo del villano: “Respecto de nuestro villano por antonomasia, siempre sentí que Magneto representaba a uno de los más siniestros y fascinantes superenemigos que inventamos. El casco que le diseño Jack era una auténtica obra maestra”. En julio de 1963, con un mundo atravesado por Vietnam, el miedo a la guerra atómica, los Beatles, entre otras cosas, la revista de los X-Men vio la luz en los kioscos yanquis. Además del dúo Lee-Kirby, el equipo creativo era Paul Reinman en tintas, Sam Rosen en las letras, y Sol Brodsky en la creación del logotipo de tapa, y las tintas de la portada.
Empezamos la historia con el Profesor Xavier irrumpiendo en el entrenamiento de los X-Men, en el Salón del Peligro, para comunicarles su primera misión. Un mutante llamado Magneto había tomado una base misilística. Así, los cinco miembros se enfrentan al Amo del Magnetismo, evitando ataques de misiles magnéticamente dirigidos, afortunadamente para los adolescentes, el Profesor X los dirige mentalmente durante el combate por medio de sus poderes, la batalla termina con la retirada de Magnus de Cape Citadel. Y, sin bien no es atrapado, se podría decir que la primera misión de nuestros mutantes es un éxito.
Ya entramos en el segundo número, en donde el Profesor sospecha que Vanisher, un ladrón que pretende robar los planes de defensa continental del gobierno de EEUU, es un mutante, y manda a sus alumnos a Washington a confirmarlo. Esta misión si fracasa. Sin embargo, cuando vuelven a cruzarse las caras con el mutante ladrón, el Profesor los acompaña, robándole la memoria a Vanisher durante la batalla. El mismo final tendrá The Blob en el número siguiente.
Para el número 4, Stan y Jack nos presentan a la Brotherhood of Evil Mutants (Hermandad de Mutantes Malignos), integrada por Sapo (Toad), un mutante de saltos ágiles; Mente Maestra (Mastermind), con el poder de crear ilusiones; el superveloz Quicksilver, y su hermana la Scarlet Witch (Bruja Escarlata) poseedora del misterioso poder hex de alteración de las probabilidades. Lo único en común que tienen los miembros de esta “hermandad” es el miedo y respeto a Magneto. La historia transcurre en San Marco, una nación de Centroamérica que éstos mutantes ponen bajo su dominio, resultando en la pérdida de los poderes del Profesor y el escape de la Hermandad.
Éstos primeros 4 números son la base de esta primera etapa de los X-Men, con Magneto y su Hermandad convirtiéndose en casi co-protagonistas de la serie, con combates maravillosamente dibujados por Jack Kirby. La temática de los mutantes marginados perseguidos por la sociedad perdió terreno frente al festival de supercriminales que amenazaban a toda la humanidad. El desarrollo de las personalidades era escaso, salvo excepciones básicas como el nombramiento de Cíclope como líder del grupo en el número 7. Poco distinguía a los X-Men de otros equipos de superhéroes de aquel entonces. Con el propósito de mejorar ventas, Lee recurrió a la aparición de los X-Men en las revistas más taquilleras de Marvel: Spiderman y Fantastic Four. Además, Namor The Sub-Mariner, cuyas apariciones en Avengers y Fantastic Four había despertado interés en los fans, fue el personaje central de X-Men n°6. Y, hablando de Avengers, éstos fueron participes de un crossover con los mutantes en el n°9.
En ese mismo episodio 9 se marca un punto clave en la historia, que luego otros guionistas después de Lee también desarrollarían, ir revelando, de a poco, el pasado del Profesor Charles Xavier, sin dudas, el personaje más misterioso, polémico y central de esta primera etapa. El recuento de hechos, cómo su primera pelea con Lucifer, reaviva el interés de los lectores, ansiosos de conocer más de ese hombre en silla de ruedas que anda robando mentes y memorias por la vida. Sin embargo, era un personaje contraproducente, ya que, era una figura autoritaria, emitiendo órdenes incuestionables, aunque acertadas, coordinadas a distancia mediante sus poderes telepáticos. Era el jefe del grupo y la estrella de la revista, terminaba los combates, pero a costa de violentas descargas mentales que, la mayoría de las veces, acababa con la mente del enemigo, como vimos en los casos de Vanisher y The Blob. Luego, estaban nuestros jóvenes hombres X, a cargo del Profesor, quién los había reclutado, ellos eran alumnos de una escuela. Odiados por la gente común, ignorados por los medios y forzados a obedecer a un adulto, los alumnos de Xavier difícilmente despertarían en los jóvenes la sana envidia que personajes como Robin, o la Human Torch, despertaban.
En el número 10 pasa algo singular. Los X-Men llegan a Argentina, ya que, es la aparición de la Tierra Salvaje, y su rey Ka-Zar. El territorio dominado por este Tarzán rubio está oculto en la Antártida (sector argentino), donde conviven dinosaurios y criaturas prehistóricas. Tras unirse al rey para acabar con Maa-Gor y los Hombres del Pantano, los X-Men encuentran un nuevo aliado.
Para el número 12, Jack Kirby deja la serie, limitándose a hacer bocetos. El nuevo dibujante titular de los X-Men es Werner Roth, al que sin dudas le faltaba mucho para brillar en el género de los superhéroes. Sin embargo, las ventas empezaron a subir a partir de trucos de Stan Lee, como las estrellas invitadas y los villanos recurrentes, y a partir del número 14, la revista se convierte en un título mensual. Justamente, en dicho número, Stan intenta revivir el concepto del racismo anti-mutante de los primeros números, pero la saga de los Sentinels es un paréntesis en el medio del show de villanos que buscan dominar al mundo una y otra vez. El guionista intentó un nuevo paréntesis con la aparición de Mimic, pero éste sería su último número. Para el 20 llegaría el nuevo guionista, era el momento de Roy Thomas.
“La verdad es que mi primera época en X-Men no fue mi hora más brillante”, así definía Thomas su primera etapa en la revista, que va desde el número 20 al 44, marcada por las limitaciones que sufrió por parte de la editorial. Comenzando con la negativa a su idea de agregar un miembro más al equipo con Mimic, que se une al equipo por dos míseros números, la modificación del personaje de Banshee en el número 28, el discípulo de Stan nos dice: “(….) invento a Banshee, que en realidad debió haber sido mujer, como las banshees de las fábulas, pero Stan pensaba que las villanas no vendían tanto como los villanos (…)”. Y, finalmente, a Thomas se le niega su propuesta de crear un mutante japonés, cuyos padres hubieran estado en Hiroshima o en Nagasaki. Pero, si hay algo que el nuevo guionista logró fue que en esta época dónde los X-Men empiezan a funcionar como un grupo, en base a ser adolescentes, y compañeros de colegio.
Lo cierto es que Roy Thomas se va en el número 44, dejándonos al Profesor X muerto y al grupo sin rumbo, y deja la serie a cargo de Gary Friedrich, otro guionista principiante. Mientras que, en los lápices, Werner Roth había sido reemplazado por Don Heck a partir del 38. Friedrich separa a los X-Men, y empiezan a aparecer back-ups en la revista, revelando los orígenes de los miembros del grupo. La verdad es que Friedrich dura casi nada, y pronto Arnold Drake, si, el guionista de Doom Patrol, escribe los números del 49 al 54, quién cuenta, en los dibujos, primero con un Jim Steranko prendido fuego, y luego un Barry Smith (todavía no Windsor).
Sin embargo, las ventas no iban bien, se intentó de todo. La ya mencionada muerte de Xavier, el cambio de trajes, la aparición de Spiderman, y de villanos de otras series, no levantaron la popularidad de la revista. La cancelación era inminente, pero Roy Thomas aceptó volver para el número 55 cuando se enteró quien iba a dibujarlo, un tal Neal Adams.
Después de sus geniales trabajos en Deadman y Spectre en DC, un joven Neal Adams llegó a Marvel, interesado en el concepto de X-Men, y a pesar de que Thomas le ofreció quedarse a cargo de la revista en soledad, el artista le pidió que se quedara. Lo que siguió es, sin dudas, lo mejor de esta primera etapa. Adams trabajaba sobre argumentos muy vagos de Thomas, con lo cual pudo agregar detalles, introducir nuevos elementos, controlar los tiempos y la onda en la narración, hasta cambiar los trajes sin consentimiento previo. En esta época aparecen personajes como Alex Summers, de vital importancia para las etapas siguientes del grupo, y se revela que el Profesor está vivo. Pero no sólo Alex es introducido, también es el debut de Sauron, el pterodáctilo, alter ego del médico Karl Lykos, el supervillano de la Tierra Salvaje.
Thomas enseguida arranco con una secuela de la saga de los Sentinels que Lee y Kirby habían realizado con anterioridad, según el guionista: “Los Sentinels siempre inspiraron buenos trabajos en los artistas de X-Men (….) nos dio la oportunidad de hacer una cosa onda MacCarthismo y a todos nos gustó, todos queríamos hacer nuestra propia versión”. Después del número 64, Neal Adams se toma un descanso, para luego pedirle a su compañero escribir el número siguiente, Thomas accedió, sin embargo, la cantidad de trabajo le exigió delegar su trabajo en Dennis O’Neil. Esta historia, justamente el mencionado regreso del Profesor Xavier, marcó la primera colaboración del, posteriormente, dúo fantástico de los años ’70 (O’Neil-Adams).
A pesar de este apartado de gloria, la calidad de las historias no fue acompañada por las ventas, que disminuían cada vez más, y la revista fue cancelada luego del número 66, que ni siquiera dibuja Adams, sino Sal Buscema. Thomas convenció a Martín Godman que mantuviera el título a base de reprint, es decir, continuar la numeración, pero republicando viejas historias, así fue cómo, durante 28 números, las historias de los ’60 volvieron a la revista, y Xavier y su equipo empezaron a desfilar en otros títulos del Universo Marvel.
Conclusiones de esta primera etapa
Finalizando esta nota sobre los orígenes del grupo mutante por excelencia, quedan por responder las preguntas del inicio. Sin dudas, el fracaso de X-Men se debió a tener pequeños chispazos de genialidad que, sin embargo, no pudieron lograr la estabilidad necesaria para captar una gran cantidad de público fiel. En cuanto a las historias, no todas son un desperdicio, cómo dije, la etapa Roy Thomas- Neal Adams es bastante buena. Además, hay historias que lograrán una gran importancia en un futuro, cómo las relacionadas con el pasado de Xavier, o las protagonizadas por el hermano de Cíclope. Las historias no destacables tampoco son un bodrio, son entretenidas, pero nada imprescindibles como las demás. Finalmente, es casi un hecho de que las historias originales de los X-Men no son nada parecidas a la época de gloria de los mutantes, pero esto no quiere decir que Claremont y compañía no tuvieran en cuenta algunas historias de éstas para desarrollar en su momento, las pruebas están a la vista.
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Bibliografía utilizada
- Para la cita de Arnold Drake: https://web.archive.org/web/20071011174524/http://newsarama.com/general/ArnoldDrake/htm
- Para las demás citas y datos: Accorsi Andres y Diego; Un Informe para X-pertos: Informe coleccionable de X-Men; Revista Comiqueando nros 1, 2,3,4,5,6; Comiqueando Press; Bs As;1994