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El regreso de un clásico de videoclub: “Mighty Ducks: Game Changers”

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El regreso de un clásico de videoclub: “Mighty Ducks: Game Changers”

La trilogía de films que vio la luz en los ´90 tiene una dignísima continuación en forma de serie de tv que puede verse por la plataforma Disney+. Cristian Oliva te cuenta porqué tenes que darle una oportunidad.

Si bien a estas alturas es irrisorio pensar que un producto detrás de la factoría Disney+ carezca de una cuidada campaña publicitaria, lo cierto es que muchos estrenos quedan de alguna manera relegados por aquellos llamados grandes tanques de la empresa (productos de “Star Wars” y “Marvel” por citar solo algunos).

Este es el caso de Mighty Ducks: Game Changers, una obra menor si se quiere que ha conseguido en apenas un puñado de capítulos rememorar la mística de las películas de los 90s.

La trilogía de films, que catapulto al actor Joshua Jackson en el papel del niño Charlie y que más tarde explotaría en la serie Dawson Creek, revisitaba una formula repetida hasta el hartazgo por la propia Disney: la épica, el éxito de los llamados perdedores

El abogado Gordon Bombay, ex estrella del hockey juvenil, tras conducir ebrio es condenado a cumplir horas de servicio comunitario. Lo hará intentando convertir un grupo de niños jugadores de Hockey en un equipo que se aleje de la burla y que sea cuanto menos decente. Los famosos “Patos”.

Emilio Estévez, en su pico de éxito sin dudas, fue el protagonista de la serie, el bueno de Bombay. El éxito no fue inmediato, creció de manera paulatina convirtiéndose en un clásico de videoclub. Tuvo 2 continuaciones más, y una serie de animación. Desde el año 1996 ningún nuevo producto asomó pese a que en la carrera del actor (hijo de Martin Sheen y hermano de Charlie) siempre asomaba como una latente posibilidad. Siempre se dijo que una cuarta parte de la franquicia sería para el actor un éxito seguro, casi una garantía para sus prestamistas. En Latinoamérica se la conoció como “Los campeones”, título que encontraba una suerte de justificación al incluir en su banda de sonido el icónico tema de Queen “We are te champions”.

La continuación se hizo esperar y si bien no llego como película lo hizo con una serie de tv de 10 capítulos de cerca de media hora de duración que se estrenó a fines del mes de marzo. Verdaderamente funciona muy bien y, por características similares, esta a la par de series con fuertes dosis de nostalgia como Cobra Kai. Al igual que esta funciona como secuela y convence por igual al público que la consumió en su tiempo y a las nuevas generaciones.

No es requisito excluyente repasar las entregas anteriores (también disponibles en Disney Plus), pero sin dudas la experiencia será totalmente distinta si conseguimos captar los números guiños.

Esta continuación se centra en la figura de Evan Morrow, un joven de 12 años que sueña con ser parte unos “Mighty Ducks” desde hace años convertidos en un conjunto sinónimo del triunfo. Un equipo que, si bien gano todo, también perdió parte de su mística.

Tras 25 años es un equipo elitista que tiene como único afán formar “ganadores”. Evan no parece estar a la altura y es excluido del conjunto con malos tratos.

Es con el apoyo de su madre, interpretada por Lauren Graham (ex Lorelie Gilmore), que decide formar un nuevo equipo, los “Don´t Bothers” reclutando a todos aquellos niños que nunca serian tomados en cuenta por los Ducks ni por ningún otro equipo.

El problema es que Alex, la madre de Evan, más allá de sus buenas intenciones, no tiene conocimiento alguno en torno al hockey, anteponiendo siempre la diversión y el compañerismo al juego.

Es ahí donde reaparecerá la figura de Gordon Bombay quien, alejado del deporte y la dirección técnica, administra el alquiler de una pista de hielo que los jóvenes utilizarán para entrenar. ¿Les dará una mano?

Nadie soportaría una trama superior a esa, “Mighty Ducks” es una serie obligada a repetir fórmulas que rozan la inocencia puesto que su público sencillamente necesita volver a eso.  Es divertida y presenta un muy buen casting con niños frescos que consiguen contagiar la química que tienen con el propio espectador. Entre ellos se destaca Maxwell Simkins en el rol de Nick Ganz, el mejor amigo de Evan. Sus líneas son graciosas y tiene un parecido innegable a Sean Astin (“Goonies”, “El Señor de los Anillos”).

Sin embargo, el punto más alto es la relación madre e hijo, un vinculo que tiene sus vaivenes a lo largo de los capítulos pero que sin dudas es el verdadero motor de la serie.  A Lauren Graham se la nota muy desenvuelta mostrando todos sus dotes con la comedia. A Estevez sin embargo le cuesta un poco más retomar el timing del personaje después de tanto tiempo. Va de menos a más, y sobre el final se nota una buena fluidez en los diálogos que mantiene con Alex, personaje que será en corto tiempo su interés amoroso.

Como mencionaba párrafos arriba, los guiños acompañan y se justifican. Los hay a montones, siendo el más emotivo y destacado el reencuentro con los  viejos jugadores de los Ducks.

Una hermosa y sencilla serie que supo adaptarse correctamente a los tiempos actuales sin perder la inocencia que la caracteriza. Fue renovada para una segunda temporada cuya producción comenzará en 2022.

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Su título reza que es periodista, casi un 007, pero es lo de menos. Lo verdaderamente importante es que todavía sueña con lo que va a ser cuando sea grande.

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