No creer en el castigo divino

Loco Rabia sigue haciendo de las suyas y nos trae una obra extranjera como lo hizo antes con varios libros del germano-suizo Thomas Ott, o las memorables “Super Monsieur Fruit“, “Barrio Western” o “Magia Blanca“, entre tantas otras. Es muy grato saber que las editoriales locales tienen en su agenda la publicación de material extranjero que no sea de autores nacionales, lo que le permite al lector encontrar obras no solo desconocidas sino a un precio y a un modo accesible.

En este caso nos traen la, algo que podemos sospechar cuando le damos un rápido vistazo al libro: grandes viñetas, secuencias muy pausadas y extendidas, sumado a un dibujo bastante detallista en todo lo plasmado.

La obra nos presenta a 3 amigos que no hacen muchos méritos para llevarse el Premio Nobel de la Paz, entre ellos tejen una red de corrupción y negocios ilegales que está a punto de salir a la luz cuando se toman un taxi que extrañamente los deja en África. Así de loca empieza la historia y así de extraña continúa trazando un viaje entre lo místico, poético y real, en una especie de castigo “divino” de nuestros protagonistas.

Hay una pelea constante entre lo real y lo onírico durante todo el relato, entre la posibilidad de consecuencias factibles para el comportamiento de estos personajes y el de una alternativa al estilo del famoso “Dios los castigara” cuando la justicia terrenal no alcanza o no quiere alcanzar. No solo en la historia sino también en el arte mismo. El guion va deambulando con esas dos temáticas, quedándose con el realista la mayor parte del tiempo y recurriendo a lo “divino” en puntos claves de la historia, como motor y empuje de fondo del primero. Así es como tendremos un inicio marcado por la divinidad que luego desaparece durante páginas hasta que vuelve de golpe y así nuevamente, cuando ya parecía que no lo íbamos a ver más.

Esto podría parecer que en el argumento “divino” las cosas no están tan claras y se usan de excusa pero no, es lo más fuerte de la historia, es dónde están los sucesos claros y aunque desaparecen por momentos, se sabe bien qué es lo que pasa y a dónde quiere ir la historia. Distinto en el plano real, donde la historia parece ir dando tumbos o no tenes un camino claro, por lo que aparecen situaciones y personajes un poco de relleno o para sumar suspenso que terminan por no aportar mucho y sumar más páginas de las que deberían y que podrían ser usadas para desarrollar otras cuestiones.

Lo mismo sucede en el dibujo, en general el trabajo del autor es genial, las secuencias y los planos que hace son hermosos, es prácticamente estar viendo una película animada ante el control de los movimientos de sus personajes en todo momento. Tocando su punto más alto cuando se suelta y deja el plano real para hacer un viaje metafórico visualmente hermoso e impactante. Un dibujo que nunca decae en todas sus facetas en toda su duración, llegando al final con unas escenas de acción increíbles.

“Mr. Crabb y el Paraíso” es una obra muy impactante, desde un arte hermoso con un despliegue de secuencias increíbles a una historia que se muestra como algo y termina llevándonos por un viaje inesperado. Creo que le juega en cuenta su duración en el argumento que no aprovecha esto para desarrollar un poco más a sus personajes y los deja estancados, como meros testigos de su propio castigo. Tal vez algo más breve o aprovechar más su extensión hubiese cerrado mejor para disfrutarla aún más.