Pizza lovers

Teniendo como marco una pandemia interminable en la que no queda otra que quedarnos en casa opte por buscar una salida y cuando no la historieta me brindo la respuesta.  Si hay algo que efectivamente extrañamos es ese día a día que por momentos nos aburría, y que mejor que Gira de Pizzerías de Camila Torre Notari, para llevarnos, aunque sea a través de sus páginas, a disfrutar un momento que es casi una marca registrada de los argentinos: la pizza con amigos.

El libro editado por “Maten al mensajero” repasa las impresiones y vivencias de la autora recorriendo a través de sus 104 páginas algunas de las pizzerías porteñas más emblemáticas.

La autora ha encontrado un sello distintivo a través de su dibujo, un estilo clásico, casi retro que le sienta a la perfección a la temática de sus obras. Camila hace de la cotidianidad un culto permitiendo un acercamiento con el lector preso muchas veces del sentimiento de que en sus vidas poco pasa. La pregunta es: ¿Estamos viendo bien?

Un argumento demasiado sencillo que sin embargo puede ser desmenuzado y dejar una impresión tan sabrosa como una grande de muzza. Notari brinda tiempo y espacio a las pequeñas cosas y consigue con ello sacarnos una grata sonrisa.

La combinación a la que se somete es casi siempre la misma (aunque en el medio se permite alguna que otra aberración como la de verdura): muzza, fugazzeta y faina; y con la llegada de estas se hará presente el recorrido descriptivo por los detalles que abundaran en los distintos lugares.  Los mismos son muy efectivos, algo muy necesario, ya que la historieta tiene un ritmo que de otra manera seria repetitivo. La pizza y los lugares son únicos, manteles, sillas, cubiertos y leves variaciones en la receta se hacen presentes, así como los cambios de ropa y looks de la dupla de comensales protagonistas. La descripción de la pizza permite que la historia descanse con buenos diálogos que evidencian que sin dudas la experiencia siempre será distinta. Vale también destacar el recurso de romper la cuarta pared que adopta la autora para acercarnos algunos conceptos históricos de la comida, así como algunas recetas.

No hay dobles lecturas ni trasfondos, la historieta apela al amor compartido que tenemos por la pizza y créanme que su historia tiene un sabor especial…aún en este contexto.

Gustavo Sala en su prólogo logra resumir la historieta a la perfección: ¡dan ganas de morder las páginas!