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Volando bajo

Crítica de Aves de Presa y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn, sin spoilers

Título original: Birds of Prey: And the Fantabulous Emancipation of One Harley Quinn.  Director: Cathy Yan. Actores: Margot Robbie, Mary Elizabeth Winstead y Ewan McGregor. País de origen: Estados Unidos. Distribuidora: Warner Bros.

 

 

Si sos muy fan de Batman, como quien esto escribe, seguramente tendrás una especie de relación amor-odio con el personaje de Harley Quinn. La creación de Paul Dini y Bruce Timm para la gloriosa serie que revolucionó la animación hace tres décadas, fue un aporte tan relevante a la mitología del hombre murciélago, que en 1999, durante la saga No Man’s Lad se incorporó oficialmente a la franquicia comiquera, siendo parte de los Secret Six, las Gotham City Sirens y el Suicide Squad, hasta obtener serie propia. Con su popularidad en marcado ascenso entre propios y extraños, sucedió algo previsible, pasó de villana a heroína. Perdiendo gran parte de su esencia en el camino. Y desembarcó, también, en la pantalla grande, como parte del elenco coral de aquel gran bodrio titulado Escuadrón Suicida, en 2016, muy bien interpretada por la australiana Margot Robbie.

Pues bien, cuando se anunció el proyecto de este spin-off de uno de los tantos fracasos cinematográficos de Warner Bros. Pictures/DC Comics del último tiempo, más de uno habrá pensado, ¿era necesario? Si leemos entre líneas, el hecho de que la propia intérprete sea también productora de la cinta, así como la utilización de otros ilustres -y no tanto- personajes de Gotham, de uno y otro lado de la Ley, en cierta forma responde un poco a la pregunta, a la vez que revela cierta inseguridad en torno a la movida de dar vuelo propio a la ex del Joker. Es decir, tenés a una sólida actriz en el rol central, que fue lo más rescatable de una fallida película grupal, y la intención de lanzarla en solitario, ¿por qué volver a correr el riesgo de integrarla nuevamente a otro equipo? Viendo el resultado final, uno pensaría que es lo más fácil, si la intención es sumar tiempo de metraje y cortar más entradas en boleterías, obvio. Otra explicación no se me ocurre. Pero no nos adelantemos.

Yendo a lo estrictamente formal, la película dirigida por la casi debutante Cathy Yan -solo un film en su haber, para el mercado chino- sobre un guión firmado por Christina Hodson -Bumblebee- tiene una duración de 109 minutos, demasiado para un argumento tan lineal como el que presenta. El recurso de la voz en off llevando adelante el relato desde el inicio, por la propia protagonista, así como los numerosos guiños al público, derrumbando la denominada ‘cuarta pared’, no son una novedad, puesto que en la vereda de enfrente ya se habían usado anteriormente en Deadpool -con mejores resultados, si me preguntan-, pero funcionan bastante bien, la mayor parte del tiempo. El casting y la dirección actoral son realmente terribles, nunca el elenco logra dar el tono; el pretendido balance entre comedia y acción que en los papeles propone, deja mucho que desear. Abundan las sobreactuaciones. La música no ayuda y la ciudad donde transcurre la acción tiene muy poco de Gotham City.

Uno sabe que una adaptación de un medio a otro, cómic a cine, en este caso, implica ciertas licencias creativas, pero hay formas y formas de llevarlas a la práctica. Cassandra Cain fue secundario importante de la batfamily, llegando a portar el manto de Batgirl; no tiene absolutamente nada que ver con el personaje que presentan, entonces, ¿por qué utilizar el nombre? Black Cannary, miembro fundador de la JLA, con una rica historia junto a Green Arrow, además de integrante de las Birds Of Prey, ¿y no se les ocurre nada mejor que recrearla como cantante de Night Club? La detective del G.C.P.D. Reneé Montoya, personaje complejo si los hay, que hasta llegó a convertirse en Question, reducida a su mínima expresión, la policía honesta. Y así podríamos seguir. Solo la historia de Huntress, que está entre lo más logrado de la película, mantiene fidelidad con el noveno arte. Lástima que esté tan mal actuada. Como los villanos, que no convencen, mucho Roman Sionis, poco Black Mask -qué desaprovechado, Ewan Mc Gregor-, y el impredecible Víctor Zsas, reducido a leal esbirro del capomafia. Triste.

Pasando en limpio, se pueden rescatar las logradas coreografías de acción, a cargo de Chad Stahelski -uno de los cerebros detrás de John Wick-, la performance de Robbie poniéndole el cuerpo al papel, y no mucho más. ‘Aves de Presa y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn’ es una muestra de lo que Hollywood entiende hoy día por inclusión y feminismo, elenco actoral de diversos origen étnico, para llegar a la mayor cantidad de mercados, y un grupo de chicas empoderadas que en su pretensión de independencia, terminan adoptando los mismos transitados clichés que sus contrapartes masculinas, banalizándose en el proceso.

Y una última reflexión, Kaley Cuoco de seguro invirtió muchísimo menos dinero en la serie de animación para la plataforma DC Universe. Su serie animada también es adulta y violenta, pero infinitamente más graciosa que esta mediocre cinta.

#Culturanerd - Periodismo de corte fantástico

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