Cómics
Raymond. El antihéroe existencialista
Álvaro Marrocco analiza como la historieta de Karkass y LocoRabia se nutre de dos pesos pesados de la literatura contemporánea norteamericana: Raymond Carver y Charles Bukowski, creadores del “realismo sucio”.
Raymond es el título de la novela gráfica de Alejandro Farías (Bahía Blanca, 1978) en el guion, y los dibujos de Leonardo Sandler (Rosario, 1974). Editada por el sello rosarino Karkass y LocoRabia en 2019, y con el apoyo de los cráneos de industrias creativas de Espacio Santafesino. En dialogo con Central Mutante, el dibujante rosarino, nos contó acerca de Raymond, el mercado del comic, y los historietistas imprescindibles de Santa Fe.
En tapa, solo dice Raymond, más abajo los nombres del guionista y el dibujante. Siguiendo esas pistas podríamos deducir que se trata de una novela gráfica cuyo protagonista es un grandulón con barba de tres días que toma alcohol mientras escribe, o viceversa. Algo de eso hay, pero la historieta cuyo enigmático titulo solo dice un nombre propio, esconde a dos pesos pesados de la literatura contemporánea norteamericana.
¿Machista y existencialista?
La novela, dividida en catorce episodios transcurre de noche, donde se sabe, suele ser el escenario más propicio para la insaciable búsqueda de circunstanciales amoríos, compinches de tragos, y la necesaria y profunda indagación en la existencia que le dé sentido a los diálogos y a las reflexiones. En esa, anda Raymond.
Sin rodeos, en la primera historieta, se da una conversación animada con Lola, una veterana prostituta que plantea una teoría sexual en dónde ambos se ven reflejados. Raymond se presenta como un sujeto solitario que llena sus noches en base a estos encuentros. En tiempos de feminismos y equidad de género, vale preguntarse ¿Qué lugar se le da a las mujeres en las historietas? Desde una mirada crítica en la novela grafica Raymond, las mujeres son mayormente trabajadoras sexuales; Ahora, vale aclarar que la forma en cómo están caracterizadas los personajes femeninos lo posicionan en un lugar distinto, donde no hay estereotipación, ni fetichismo de sus cuerpos. Por tal motivo, sobre este punto, se puede afirmar que queda eximido de ser cuestionable.
Avanzando en la trama, en varios capítulos aparece la reflexión y el análisis de la sociedad como lugar en donde “ser alguien” equivale a hacer algo productivo en la vida. Raymond podría ser la metáfora de la escritura y el pensamiento como sinónimos de lo improductivo. Pero a fin de cuentas, es mejor cerrar con una de sus líneas que dice: -¿Qué se piensan que hago? Estos porque no entienden todo lo que me produce beber-. Por otro lado, vale pensar a Raymond como la antítesis de los valores familiares, en donde la búsqueda de la felicidad está atada a los vínculos; en su caso, el vínculo más fuerte lo marca su gato karkass, con quien oficia como confidente y espejo.
Un elemento interesante en la novela radica en los cambios de paleta de color según cada historia, debido a que van variando de acuerdo al tono del guión de las mismas. El dibujante remarca que se propuso trabajar cada historia con dos colores base, y con dos variaciones, una de cada color. De acuerdo a la intensidad de cada historia en particular fue adecuando los colores. “Por ejemplo, colores más fríos o menos estridentes para las historias más reflexivas, y colores más intensos o cálidos para las historias más tórridas”. Hay algunas historias donde hay un componente sexual importante o violencia manifiesta para los cuales uso rojos preponderantemente. Opuesto a eso también se divisan historias melancólicas con violetas muy apagados, azules o grises.
Raymond. ¿Un antihéroe?
Si se tiene en cuenta el concepto de antihéroe, a decir, “lo contrario de un héroe”, entonces Raymond lo es. Leo comenta que “El antihéroe tiene su epopeya dentro de su cabeza. La búsqueda, el viaje revelador y épico, las batallas y el regreso con o sin gloria se dan todas dentro de los límites de la percepción del personaje. En ese sentido Raymond bien cuadra con el tipo de antihéroe creado por Dostoievski por ejemplo”.
Literatura sucia y cotidiana
El personaje de la novela grafica se llama Carlos Raymond -según escribe Alejandro Farías en el epílogo interior- y es un claro homenaje a Raymond Carver y Charles (Carlos, en español) Bukowski, quienes no solo fueron grandes escritores, sino que son los creadores de lo que se conoce como “realismo sucio”.
Charles Bukowski (1920-1994) nació en Alemania pero vivió casi toda su vida en Los Ángeles. Vivió en habitaciones apestosas con una máquina de escribir al lado. Pasó hambre y es un fiel ejemplo del escritor que se hizo solo. Era un alcohólico asumido y un amante de las carreras de caballos. No terminó la universidad, por lo que siempre trabajó de lo que pudo; en fábricas, mataderos, bares, y estuvo 12 años en el correo postal. Sus trabajos son la base de sus historias, ha escrito versos sobre la desidia, el ocio, el alcoholismo, el sexo, las carreras de caballos, el hastío del trabajo y la violencia.
Raymond Carver (1938-1988) se hizo conocido por su literatura de seres atrapados en situaciones sórdidas de la vida cotidiana: gente sin trabajo, abúlicos, perdedores por naturaleza, trabajadores pobres, nerviosos y grises. Sus escenarios son hogares donde los matrimonios se aman y se odian, o bares donde la existencia de los marginales y alcohólicos transcurre sórdidamente, o vecinos cuyas vidas se relacionan como pueden. Sin embargo, entre tanta oscuridad y falta de sentido, a veces brota una luz de esperanza.
El resultado de las lecturas y la unión de estos dos pesos pesados de la literatura, Farías las ilustra en otro párrafo del epilogo: “todos los personajes de mis cuentos tomaban whisky, eran profundos, dramáticos y vivían en pensiones en las que se intercalaban gritos y peleas cada dos por tres”.
Los elementos de los escritores citados en el comic se ven claramente. De Charles Bukowski se ve el estilo de vida del personaje. Raymond es alcohólico, poeta y mujeriego. Alterna lugares sórdidos, mujeres que son trabajadoras sexuales, matones a sueldo. También es invitado a fiestas de alcurnia donde es el personaje disonante que genera curiosidad. Al igual que Bukowski tiene un ego bastante importante, aunque por dentro lleve un vacío existencial que lo deprime. En cuanto a Carver, se nota un poco más en el tipo de escritura seca y escueta, sin adornos. Asimismo el tono de la historieta intenta parecerse a la prosa de Carver, ciñéndose a lo mínimo indispensable para contar una historia.
#Entrevista
Historietista de barrio
Leonardo Sandler nació en Rosario, Santa fe, en 1974. Es historietista autodidacta y ha dibujado novelas gráficas y adaptaciones de historias para las editoriales (LocoRabia – Buenos Aires Lírica) y (Llantodemudo). También participó en antologías para (Mojito), (Dead Pop), entre otras. Publicó en varias revistas, como ser G7, Próxima, Bamboo y La Bocuhe du Monde (Brasil-Francia), como también en la edición mejicana de Esquire. He ilustro en libros en prosa (Estuario, Uruguay) junto a diversos escritores y dibujantes.
¿Cómo encontras el mercado del comic en la ciudad y la región?
El mercado de la historieta tanto en Rosario como en el país en este momento es un mercado sobreviviente. Si bien se ha achicado bastante la oferta de historietas, no podemos decir que sea un rubro que está en crisis por el momento. Los precios que se dispararon en cuanto a imprentas y demás hacen muy difícil continuar un ritmo editorial regular. Así y todo, muchas editoriales han optado por espaciar sus ediciones o hacer formatos más económicos para continuar en el mercado y no perder.
¿Qué otros historietistas seguís o recomendas?
En Rosario particularmente se da un fenómeno de crecimiento en los últimos dos o tres años gracias a incentivos económicos importantes de parte del gobierno de la provincia, apuntados directamente a la producción de historietas. Eso hizo posible la aparición de nuevos sellos con mucho empuje. Sigo muchos artistas que son casi todos amigos, con una capacidad enorme cada uno, entre ellos Carlos Aón, Jok, Marcos Vergara, Rodolfo Santullo, Pablo Colaso, Alejandro Farías, Federico Baert, Lauri Fernandez, Renzo Podestá, Manuel Loza, Nico Brondo, Bruno Chiroleu, Matías Bergara, Nicolás Peruzzo, y un enorme etcétera que al no decir quedo mal, ya que hay gente talentosísima trabajando en esto que sería demasiado largo de enumerar.
¿Cuáles son tus proyectos en este 2020 y en que nuevas historietas te encontras trabajando?
Mis proyectos incluyen una novela gráfica con guión de Federico Baert, que me estoy divirtiendo mucho al hacerla. Y otra con guión de Rodolfo Santullo muy de aventuras y cosas así. Sería lindo que ambas vean la luz en el 2020 pero son proyectos muy largos. Y también varias colaboraciones en algunas publicaciones amigas.