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Cuarenta años de Alien

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Cuarenta años de Alien

Festejamos las cuatro décadas del film de culto dirigido por Ridley Scott, con un invitado de lujo

‘En el espacio nadie puede oírte gritar’, rezaba el slogan promocional de Alien, estrenada en Mayo de 1979. Esa frase sintetizaba perfectamente la novedosa amalgama de géneros que la cinta proponía, terror y ciencia ficción. Pocos podrían haber imaginado por aquellos días la relevancia que cobraría en la cinematografía mundial esta película de 20Th Century Fox, dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Sigourney Weaver, que ganaría un Oscar por sus efectos especiales, dando origen a una interminable franquicia, con sus secuelas oficiales; Aliens (1986), de James Cameron, Alien 3 (1992), de David Fincher, Alien: Resurrection (1997), de Jean-Pierre Jeunet, sus precuelas; Prometheus (2012) y Alien: Covenant (2017), ambas dirigidas por Scott, en su vuelta a la saga, y hasta dos films por fuera del ‘canon oficial’; las desafortunadas Alien Vs. Predator (2004), de Paul W. S. Anderson, y Alien Vs. Predators II (2007), de los hermanos Greg y Colin Strause.

Su influencia en la cultura popular fue tal que hasta se prolongó del séptimo al noveno arte, donde los monstruos espaciales xenomorfos, bajo el sello editorial Dark Horse Comics, se cruzaron a lo largo de las décadas con personajes como Batman, Superman, Green Lantern, los Predators -infinidad de veces-, Terminator, Judge Dredd y hasta los W.I.L.D.C.A.T.S. de Jim Lee, en sendas miniseries gestadas bajo la fórmula team-up.

 Más al sur de nuestro continente, un gran creador de historietas en el que el film caló muy hondo, tuvo la amabilidad de sumarse a esta nota-homenaje compartiendo con nosotros algunos recuerdos e impresiones, personales y profesionales.

 Fuera de cuadro

Alien, el Octavo Pasajero, de Ridley Scott, tiene dos relaciones importantes con mi vida matrimonial y como guionista. Fue la primera película que fui a ver con mi esposa brasileña en su primera visita a la argentina, cuando éramos novios, y todavía recuerdo sus gritos y cómo se aferraba a mí en las escenas más fuertes. También cómo trataba de explicarle más o menos todo en susurros, ya que obviamente los subtítulos no eran en portugués.

Weaver y Scott, en un alto del rodaje

Después tuvo influencia en mí como guionista de historietas, ya que un día Alfredo Scutti, director de Ediciones Record, editora de Skorpio, Tit Bits y otras revistas, el primer lugar donde trabajé, había quedado tan impactado como yo con la película y me pidió: “Háceme algo como Alien”. Ese algo fue Cinco, uno de los unitarios que me terminó dibujando Juan Zanotto cuando todavía no habíamos hecho “Crónicas del Tiempo Medio”. ¿Vale la pena aclarar que Juan también había quedado tan shockeado como Scutti y yo? No era para menos, Alien representó una verdadera revolución dentro de la ciencia ficción. Si bien la temática no era original (la de un extraterrestre solitario y asesino invadiendo una nave espacial yo ya lo había visto en la película “It, the terror of beyond space”, dirigida por Edward L. Chan, de 1958, que me había asustado bastante cuando niño) sí lo era su tratamiento visual. Cosas nunca vistas, como la gigantesca nave en forma de catedral gótica, su claustrofóbico interior, el desgaste, los originales trajes espaciales de Moebius, el androide de sangre lechosa y por sobre todas las cosas el diseño del monstruo, una genial creación de H. R. Giger, a quien homenajeo en Cinco (mi nave se llama como él), el inventor de la biomecánica, combinar formas orgánicas con metálicas. Primero con el facehugger, que pone el embrión del Alien en Kane, de una manera que nos hace saltar de la butaca, y su sangre de ácido que corroe metal y quema la piel. Luego su horrenda salida al exterior, un parto a través del estómago de su huésped, algo nunca visto en la historia del cine y que sería imitado miles de veces en miles de películas (a esta altura mi mujer ya se quería ir del cine). Y por ultimo esa criatura sin ojos, con su doble boca y ruido de serpiente, su cabeza fálica, que provoca más miedo aún porque se la va mostrando de a poco y uno no logra definir como es hasta que aparece en todo su esplendor. Significó también una novedosa conexión entre la ciencia ficción y el terror, que también fue imitada por otras realizaciones cinematográficas. Eso la convierte en un clásico, como Terminator, Robocop y Depredador, que dieron origen a sagas interminables. Así que feliz cumpleaños  numero 40, mi querido Alien, a quien reconozco como gran influencia en mi obra y en la de tantos guionistas de ciencia ficción. Pero acá voy a sembrar polémica, si bien Ridley Scott creó el universo Alien, a mi gusto personal -y sobre lo que no hay nada escrito- mi preferida dentro de la saga es la segunda: Aliens, de James Cameron, porque tenía mucho mas ritmo y acción que la primera, además de creaciones inolvidables como los Marines Espaciales, sus armas, el tanque con la torreta retráctil, la nave de descenso, el mecha de Ripley (más guerrera que en la primera) y la Reina Alien. Y obviamente Aliens multiplicados por doquier. Vengan de a uno.

Emilio Balcarce (*)

 * Nacido en 1956 en Salta. Periodista de profesión, con una destacada trayectoria en el diario Crónica, comenzó a trabajar como guionista de historieta en 1977, dentro de Ediciones Récord, colaborando para las páginas de Skorpio con los principales dibujantes de su generación, en celebradas obras que obtuvieron reconocimiento mundial. Luego de una ausencia de casi dos décadas, volvió al medio con renovada energía, orientando su producción para el mercado italiano con artistas de ayer y hoy, en trabajos que comenzaron a ser reeditados en nuestro mercado, por los sellos Historieteca, Fog Of War, Rabdomantes Ediciones, Deux Studio y Spiral Editorial, entre otros.  

 Cinco: Influencia

Publicado originalmente por Ediciones Récord en Super Skorpio 134, Abril de 1987, este unitario de diez páginas representó una de las escasas colaboraciones de la dupla conformada por Emilio Balcarce y Juan Zanotto (Cuceglio, 1935, Buenos Aires, 2005), previas a la recordada miniserie Crónicas del Tiempo Medio (recopilada integralmente por Deux Studio en 2015), donde se deja entrever el enorme potencial artístico de ambos creadores.

Narra el arribo de la nave S.S. Giger a la base científica Titán, ubicada en un lejano asteroide espacial, para encontrar a sus residentes muertos de un modo escabroso. La astronauta Ridley pronto descubre que entre sus compañeros de viaje se encuentra el misterioso asesino, pero ignora su verdadera identidad. El efectivo giro argumental del final traerá aparejadas inesperadas consecuencias, tanto para la tripulación como para el resto de la raza humana.

 

Mariano Sicart

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43 años, Licenciado en comunicación social. Comiquero por naturaleza, casi. Cinéfilo. Voraz lector, ocasional escritor.

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