CÓMICS DE CULTO
Nippur de Lagash, caída y resurgimiento
El volumen 26 de la colección Planeta De Agostini por los cincuenta años del trotamundos sumerio creado por Robin Wood y Lucho Olivera para Editorial Columba en 1967, bajo análisis
Hubo un tiempo, en este país, donde las historietas eran populares. Durante décadas, las antologías de Editorial Columba fueron consumidas por varias generaciones de lectores argentinos. En lo personal, mi primer contacto con ellas fue a mediados de los ochenta. Muy pocas veces al año, para cumpleaños, feriados o fiestas, mi familia se trasladaba desde Rosario hacia Berabevú, de visita a la casa de mis abuelos maternos. El abuelo Néstor era camionero y tenía muchas de aquellas revistas, como compañía para sus largas jornadas de trabajo por los diferentes destinos santafesinos, supongo. Lo cierto es que uno de los principales atractivos de aquellos viajes para mí, acostumbrado desde los cinco años a la lectura de Patoruzito y Billiken, era hojearlas y maravillarme al descubrir esos otros géneros. Había en ellas westerns, bélicas, de humor, policiales y, por supuesto, aventura histórica.
Allí se inscribía Nippur de Lagash, al que conocería en profundidad tiempo después, mediante las semanales Nueva Aventura, publicaciones que los días viernes acompañaban al decano de la prensa argentina, el diario La Capital. Claro que para entonces ya era un coleccionista hecho y derecho, que con el tiempo llegaría a conseguir los tres libros dedicados al incorruptible en diversos locales dedicados a la compra, venta y canje de libros y revistas. Imaginen, entonces, mi alegría cuando en 2018 se anunció la colección que, por primera vez, recuperaría la totalidad de la serie en lujosos tomos quincenales de tapa dura, movida que por mucho tiempo esperamos por parte del sello de la palomita, sin suerte. Algo así como un sueño cumplido.
La suma de las partes
Los seis capítulos que componen el vigésimo sexto tomo de la colección fueron originalmente publicados entre Marzo y Agosto de 1978 en D’Artagnan. Con la editorial cumpliendo cinco décadas de existencia, y sus episodios publicados a todo color, se decidió un fuerte sacudón en la vida del errante, quebrarlo anímicamente hasta volverlo irreconocible, para luego recomponerlo; inteligente movida argumental pergeñada por su creador con la complicidad del guionista Ricardo Ferrari -no acreditado, en sus aportes- acompañados gráficamente por Carlos Leopardi, entonces lapicista titular de la serie, con un trazo que a simple vista remite al gran Olivera, pero incorpora algunos yeites de estilo propios dignos de descubrir.
‘El yugo roto’, entrega que da nombre al tomo, fue presentada originalmente en D’ Artagnan Extra Color 397, con su portada fechada en el mes de Marzo. Inicia con el protagonista descansando frente al mar, predisponiéndose a almorzar. Pronto se cruza en su camino el joven Muramash, condenado por el mercenario Zardam a vagar con un cepo a cuestas, en represalia por haber osado enfrentarse a él, en ocasión de tomar a su mujer y hacerse con el dominio de aquellas tierras. Con la inestimable ayuda del divertido -pero inteligente- anciano Midimaras, desarrollarán un astuto plan para acabar con el pérfido hombre de guerra y los suyos. Una aventura sencilla a la vez que entretenida, con varios momentos humorísticos realmente hilarantes.
Inicialmente publicada en D’Artagnan Super Album 12, de Abril, ‘Los Hititas’ cuenta con un ingenioso punto de partida, el recurso de estar narrada en primera persona por el enemigo, un aprendiz de guerrero hitita llamado Mikos. El está orgulloso de su hermano mayor y mentor en aquel arte, Muras, quien tiene una deuda de sangre con nuestro protagonista, a quien han visto por el país de Hatti. Esta noticia hace que salga en su búsqueda, para intentar darle muerte. Hohana, una muchacha fugitiva, la desobediencia de Mikos y un grupo de mercenarios liderados por el salvaje Rudumar, complicarán las cosas para todos los involucrados, llevando la tensa situación hacia un final inesperado, de esos que tan buen sabor de lectura dejan en el lector. Gran unitario.
‘Laris, sobre el espejo del desierto’, incluida en D’ Artagnan Super Album 15, de Julio, marca el verdadero inicio de ‘La Saga del Ojo de Nippur’. Primero de cuatro, narra el viaje de una caravana de colonos agrícolas por una zona desértica a la que el vagabundo se une, cautivado por la joven ciega del título. Junto a su pequeño hermano Mohar –que jugará un rol central a futuro– el viejo Melros y otras familias, intentarán establecerse en ese árido lugar. Un grupo de saqueadores que asola la región, guiados por el cruel Gabarim -quien se obsesiona con la muchacha-, los atacará. El guerrero se interpondrá, pero cometerá un error fatal al perdonar la vida al enemigo, por una promesa de amor. En un cierre tan logrado como impactante, solo el niño y el sumerio logran sobrevivir, aunque Nippur queda doblemente herido. Tuerto y temeroso.
Aparecida por primera vez D’ Artagnan Extra Color 402, también de Julio, la segunda parte se titula ‘El maravilloso monstruo’. Esta trama constituye un golpe importante en la caída. Más por voluntad de su joven lazarillo que propia, el héroe consigue refugio y atención médica para su herida ocular en un zigurat donde reside el bondadoso sacerdote Sefaranim, un contrahecho que decide dar asilo a una joven perseguida por el Señor de la guerra Our-Aritam, ayudándola a escapar con su pareja, un humilde pastor. El general llevará a cabo una audaz estrategia para acabar con ambos problemas de una sola vez, dejando al incorruptible devastado anímicamente ante la falta de humanidad de la que terminará siendo, nuevamente, mudo testigo. Otro impacto determinante en su descenso, sin escalas, a los infiernos.
‘Los cazadores y el miedo’, fue presentada en D’ Artagnan Super Album 16, de Agosto. Inicia con el protagonista y Mohar viviendo en una cueva junto al mar, sobre las afueras de una perdida aldea de pescadores. Pronto asistimos a la llegada del peligroso cazarrecompensas Ulramidas, enviado por el Rey Luggal-Zaggizi a conseguir la cabeza de Nippur. Para complicar aún más las cosas, se da el arribo de una partida de guerreros hititas que responden al bravo Arar, buscando también, acabar con la leyenda. El despojo humano que encontrarán en su lugar, preso de un agobiante miedo, difícilmente pueda dar pelea, aunque lo fuercen a ello amenazando la vida del muchacho, única persona que se preocupa por él a estas alturas. Responsable, además, de su supervivencia, al solicitarle piedad al enemigo en su nombre.
Formando parte de D’ Artagnan Extra Color 403, con fecha de portada en Agosto, ‘La última galería’ concluye esta gran deconstrucción del personaje. El último acto del arco argumental deja atrás la oscuridad, trayendo aparejado un memorable renacimiento. Tres décadas antes que el film The Grey (2012) y con mejores resultados en su giro fantástico, narra un enfrentamiento sin tregua entre hombre y bestia, cuando una manada de lobos salvajes, en el contexto de un crudo invierno, comienza a asolar los territorios donde se han establecido Nippur y Mohar. Liderados por un temerario alfa, ellos vencen, una y otra vez, toda resistencia humana. En un acto desesperado, los pobladores se trasladan a la cueva que habita el viejo guerrero para solicitar ayuda, recibiendo su negativa. Un triste suceso provocado por esta respuesta, lo obligará a volver a ser quien era, y el costo a pagar no será únicamente una herida externa.
En el apartado referido a la edición, considero atinada la idea de conservar el color original de Editorial Columba, con todos sus defectos incluidos; la tipografía Comic Sans no deja de ser un punto en contra, aunque sería más tolerable si los editores se hubiesen tomado el trabajo de corregir ciertos errores de escritura preexistentes, en lugar de trasladarlos. Por lo demás, la calidad del papel y diseño hacen justicia a la obra en cuestión. Tomo fundamental dentro de la colección, ideal para rememorar, completar o descubrir, las andanzas del exiliado de Lagash por el Mundo Antiguo. Amigo seguidor de estas líneas, si andas buscando aventura, deja que Samás guíe tus pasos hacia esta emocionante lectura. No te arrepentirás.
Gracias a Ariel Avilez, columbófilo y amigo.
