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PERDIDOS EN EL ESPACIO: SPACE OPERA PARA TODA LA FAMILIA
Una serie histórica que ya tuvo un paso (desafortunado) por la pantalla grande, está de regreso de la mano de Netflix y te contamos que esperar de ella.
UN POCO DE HISTORIA
El 15 de septiembre de 1965, la cadena CBS ponía al aire una comedia de ciencia ficción claramente dirigida al público juvenil llamada Lost in space. Creada y producida por el legendario Irwin Allen, se compuso de tres temporadas, la primera de ellas en blanco y negro y el resto en color, con 83 episodios, el último de los cuales se emitió el 6 de marzo de 1968.
La historia transcurría en 1997, presentando una Tierra superpoblada y con recursos naturales mermados que se veía obligada a enviar una misión espacial en busca de un nuevo planeta habitable para colonizar. Los protagonistas eran el profesor y doctor John Robinson (Guy Williams), y su familia, compuesta por su esposa la doctora Maureen Robinson (June Lockhart) y sus hijos Judy (Marta Kristen), Penny (Angela Cartwright) y Will (Bill Mumy). Junto a su amigo y piloto, el Mayor Don West (Mark Goddard) partían en la nave Júpiter 2, en dirección a Alfa Centauro, acompañados por el robot B9 (Bob May/Dick Tufeld. El primero usaba el incómodo traje, mientras que el segundo prestaba su voz) y un polizón, el Dr. Zachary Smith (Jonathan Harris), científico que tras haber participado en el proyecto intentara sabotearlo, enviado por «una potencia enemiga». Como resultado de este sabotaje, la nave no llega a destino y todos naufragan en un planeta extraño, al que llaman «El Planeta Perdido».
La trama se basaba en los desesperados intentos de la familia Robinson por abandonar el planeta y regresar a La Tierra. Intentos habitualmente malogrados por las maquinaciones del Dr. Smith, que curiosamente siempre pasan desapercibidas para todos, menos para el Mayor West. Al comienzo de la segunda temporada, logran abandonar el Planeta Perdido porque está a punto de ser destruido y a partir de allí vagan por el espacio (e incluso, por el tiempo), sin jamás conseguir volver a nuestro planeta.
Estando, como se dijo, dirigida a un público más bien joven y en una época en que aún productos más «serios» como Star Trek carecían de auténtico rigor científico, Perdidos en el espacio fue el epítome de la falta de seriedad. Las aventuras de los Robinson resultaban increíblemente disparatadas e incluso delirantes. Nuestros héroes se enfrentaron a «seres de luz» provenientes de la quinta dimensión, a una copia de la familia Robinson compuesta de extraterrestres, a cíclopes caníbales, plantas carnívoras gigantes y el… ejem… Hombre Zanahoria.
En 1998, Stephen Hopkins dirigió una versión en forma de película, que contaba con los protagónicos de William Hurt (John Robinson), Mimi Rogers (Maureen Robinson), Lacey Chabert (Penny Robinson), Heather Graham (Judy Robinson) y Jack Johnson (Will Robinson). Matt LeBlanc interpretó al Comandante Don West y Gary Oldman al Dr. Smith, mientras que Dick Tufeld fue la voz del Robot. Sin ser un auténtico homenaje ni una completa reinvención, la cinta pasó con mucha más pena que gloria y no aportó más que un aire de fracaso a la historia de los Robinson.
NUEVOS TIEMPOS
En abril de este año, Netflix estrenó un remake que presenta unos cuantos cambios con respecto a la versión original, aunque mantiene su espíritu, intentando ser lo que la película no fue. En esta nueva presentación, los Robinson forma parte del decimocuarto contingente de colonos que se dirigen a Alfa Centauro a bordo de la nave «Resolute». Debido a circunstancias inicialmente desconocidas, se ven obligados a abandonar la nave en una de las cápsulas de escape Júpiter (la número 2), naufragando en un planeta desconocido. Aunque en los primeros episodios estén solos, pronto John Robinson (Toby Stephens), la doctora Maureen Robinson (Molly Parker) y sus hijos Judy (Taylor Russell), Penny (Mina Sundwall) y Will (Maxwell Jenkins) encontrarán otros muchos supervivientes del desastre, como el mecánico Don West (Ignacio Serricchio) y la (supuesta) Doctora Smith (Parker Posey). Sí, en esta nueva versión, West es mecánico, mientras que, por esas cosas de la diversidad, Smith es mujer y Judy es afroamericana. Por su parte, el icónico robot D9 ha sido reemplazado por un autómata alienígena (Brian Steele) cuya nave también ha caído en el planeta. Pese a su aspecto amenazador y terrible, traba amistad con el joven Will y aunque parece no poder (o no querer) hablar, casi al final del primer episodio pronuncia la frase que constituirá prácticamente su única línea por el resto de la temporada, la misma que solía utilizar el D9 original: «¡Peligro, Will Robinson».
La serie mantiene en buena parte el tono de la original, aunque con un rigor científico más acorde a los tiempos que corren. Por supuesto que no se trata de ciencia ficción «dura» ni mucho menos, el acento está puesto en la aventura. El planeta en el que los colonos han naufragado está lleno de cosas asombrosas… y peligrosas. En ciertos momentos, nos remite al Pandora de Avatar (2009). Los esfuerzos de los colonos por regresar al Resolute y eventualmente completar su viaje a la colonia de Alfa Centauri, los harán atravesar al menos una o dos peligrosas situaciones por episodio y las soluciones de último minuto y las salidas por los pelos estarán a la orden del día.
UNA FAMILIA (MAS O MENOS) FELIZ
Además de la pura aventura, el otro eje de la trama lo constituyen las relaciones entre los personajes, aunque los mismos no tienen demasiadas aristas y están bastante estereotipados. John es un soldado que ha antepuesto demasiadas veces su deber a su familia, lo que puso a su matrimonio al borde del abismo. Para él, la colonia es una oportunidad de recuperar a sus hijos, mientras que, para Maureen, es la única forma de darles una nueva vida. Judy es la temeraria, que siente que siempre debe ser la que «salve el día», lo que provoca cierto resentimiento en su hermana, Penny. Will es un niño sumamente inteligente, pero se congela en situaciones de riesgo.
Don West, mecánico y contrabandista de artículos de lujo, es el típico pillo simpático, que parece anteponer su ambición al bienestar general, pero a la postre arriesga sus ganancias y su vida para salvar a los demás. Vamos, que no es más que otro Han Solo, aunque en lugar de un wookie lo acompañe una gallina. No menos estereotipado es Víctor Dhar (Raza Jaffrey), político arrogante que se convierte en líder de los colonos sobrevivientes en la superficie del planeta. Pese a su aparente seguridad, tiene el constante miedo de no estar a la altura de las circunstancias, lo que lo lleva a tomar algunas malas decisiones. Por último, tenemos a June Harris. El nombre del personaje es un homenaje a June Lockhart y Jonathan Harris, que como se ha dicho mas arriba, interpretaron a Moreen y al Dr. Smith respectivamente, en la serie de los ‘60s. June es una clase de pillo muy distinta a Don. Primero usurpa la identidad de su hermana para conseguir un lugar en el Resolute y cuando este naufraga, toma el lugar del Dr. Smith (interpretado por Bill Mummy, el Will Robinson de la serie original) en la cápsula de escape. Esta astuta mujer sabe muy bien como manipular a sus compañeros de infortunio para que hagan lo que quiere y a menudo cae bien parada, logrando que nadie note sus complots o crea que otro es el culpable. La actriz hace un gran trabajo para que resulte muy difícil no detestarla prácticamente desde el primer minuto.
VALORACION FINAL
Esta serie entra sin duda en la categoría que podríamos denominar «Pochoclera»… y no lo estoy diciendo como un insulto. Recién en los últimos episodios gana algo de profundidad, gracias a ciertas revelaciones que le dan un pequeño giro al argumento. Tal como la versión original, está dirigida a toda la familia, lo que se traduce en niveles de violencia bastante bajos y una absoluta ausencia de sexo. Si les interesa un tipo de space opera mas adulto, la plataforma cuenta con propuestas mas acordes como The Expanse (2015) o Altered Carbon (2018), pero si quieren un entretenimiento ligero y que puedan ver con sus hijos sin estar salteando partes, Lost in space es lo que necesitan.
