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La vuelta del eterno Boy Scout

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La vuelta del eterno Boy Scout

El especial Superman: Lois & Clark-La llegada, de Dan Jurgens y Lee Weeks, publicado por ECC Argentina, analizado en el contexto de la movida DC Renacimiento

El especial Superman: Lois & Clark-La llegada, de Dan Jurgens y Lee Weeks, publicado por ECC Argentina, analizado en el contexto de la movida DC Renacimiento

 

 

Mismo nombre, distinto hombre

Había una vez, en el universo DC denominado New’s 52, un Superman que nació malparido. Llevaba pantalones largos y aparecía en demasiados títulos, además del propio homónimo -Action Comics, Batman-Superman, Superman-Wonder Woman, JLA-. Su periplo editorial de casi cinco años supo contar con grandes apellidos en el apartado creativo -Morrison, Pérez, Johnns, Romita Jr.- que, pese sus reputaciones, no dieron pie con bola a la hora de contar su historia. Finalmente, murió.

                                                          Mismo nombre, distinto hombre

Había otra vez, en el universo DC Post Crisis On Infinite Earths, un Superman que tuvo varias actualizaciones en su origen -no pregunten-, con una muerte y resurrección incluidas. Llevaba calzones rojos sobre pantalones azules, llego a tener hasta cuatro comics propios en diferentes momentos -muchos, sí-. Su periplo editorial de veinticuatro años, con varios relanzamientos en el medio, conoció infinidad de artistas, entre grossos y verduleros. Después de Flashpoint desapareció. O eso creímos todos.

La continuidad iniciada en 2011, como todo movimiento de marketing pergeñado sin mucho convencimiento artístico, atrajo buenas ventas en sus inicios. Con el correr de los años, salvo honrosas excepciones vinculadas con, oh, casualidad, buenos autores, pronto quedó al descubierto para propios y extraños la verdadera trampa comercial orquestada por Dan Di Dio y sus secuaces: nunca hubo un plan editorial serio detrás del nuevo universo. Solo ensayo. Prueba y error, lo que vende queda, lo que no se cancela.

Los desaciertos cometidos en el hombre de acero durante este periodo fueron muchos y variados, a tal punto que en 2015, durante el evento Convergence -otro manotazo de ahogado-, la reaparición del último kryptoniano en su versión previa, junto a una Lois Lane embarazada, fue muy festejada por la crítica y los lectores. Una nueva tanda de series posteriores a la saga incluyó a Clark y los suyos, bajo una premisa sencilla pero interesante, ellos sobrevivieron al universo anterior, trasladándose al actual. Durante ese tiempo vivieron ocultos entre las nuevas versiones de superhéroes y villanos.

El equipo del gran DT

Pocos artistas han estado ligados a una misma creación ficticia durante tanto tiempo como Dan Jurgens con Superman. Una década y media en continuado desde su debut en la franquicia, a fines de los ochenta, si contamos su doble rol de dibujante y guionista.

                    El equipo del gran DT

Más allá de las exigencias y limitaciones propias de la industria al abordar un personaje tan canónico, lo cierto es que su trabajo siempre tuvo una calidad como mínimo, aceptable, tomando en cuenta los parámetros del mainstream. Obvio que tuvo pifies, pero también algunos picos creativos que resultaron en su crecimiento. Resulta entonces lógico que haya sido el encargado de regresar al hombre del mañana que tanto conoce.

El dibujante titular de la serie, Lee Weeks, no es nada espectacular, pero tiene oficio y solvencia para cumplir con la tarea de insuflar ese halo de clasicismo pretendido para el comic a partir de su estilo realista en la anatomía o gestualidad de los personajes, a lo que hay que sumar una buena narrativa y puesta en página. Mucha experiencia ganada a través del paso por diferentes títulos de Marvel, principalmente, también a partir de la década del ochenta. Potenciado por buen color de Brad Anderson y las tintas de Scott Hanna y Art Thibert, entre otros. Sus reemplazos en la faz gráfica, los correctos Marcos Santucci, Neil Edwards y Stephen Segovia, mantienen la línea de estilo propuesta sin sobresaltos, contribuyendo a una identidad visual bien definida de cara al lector.

Al final, lo primero es la -super- familia

Lois y Clark pasaron cinco años viviendo encubiertos en el universo New 52’s, lapso en el cual nació Jonathan, hijo de ambos. Usando el apellido White, se establecieron en una pequeña ciudad californiana. ¿Qué hicieron en ese tiempo, además de adaptarse a las diferencias? Superman actuó oculto, previniendo desastres naturales, anticipando futuros problemas en base al conocimiento de situaciones previamente vividas en su tierra -haciendo peligrosos enemigos en el camino-, o siguiendo de cerca las actuaciones individuales y conjuntas de los superhéroes ‘locales’. La hija del Gral. Lane adoptó el alias de ‘autor X’, bajo el que publicó varios libros de investigación periodística que se convirtieron en éxitos de ventas, uno de los cuales -dedicado a develar el accionar delictivo de Intergang- le trajo varios problemas a su familia. Asimismo, ambos se dedicaron a la crianza del niño, que a temprana edad manifestó ciertos poderes.

                                                                                             Al final, lo primero…

Con total libertad de acción, el guionista maneja los hilos entre diversos presentes propuestos, según el número, y sendos flashbacks a los comienzos del grupo familiar en esta nueva realidad. El interés nunca decae, seas o no seguidor del kryptoniano, los protagonistas están muy bien trabajados al punto de que se vuelve evidente en todo momento lo mucho que los ha marcado la experiencia de sobrevivir. Son una pareja, se apoyan el uno al otro en sus decisiones pese a las consecuencias, teniendo perfectamente en claro que todo el esfuerzo vale la pena por su hijo. De igual modo, el contexto también sirve de referencia, aprovechando momentos puntuales de la corta vida editorial del otro Superman para trabajar al ‘nuestro’. Simbolismos o paralelismos mediante, con el propio personaje y haciendo partícipe a la mirada del lector, inclusive.

Es un comic mainstream del primer superhéroe, sí, pero muy bien pensado. Una pena que la serie haya estado tan poco tiempo en las bateas, se me ocurre que la premisa daba para bastante más. Pero no, los errores editoriales trajeron como consecuencia la muerte del Superman New 52. ¿Adivinen quién vuelve a salvar las papas, dejando de lado el traje negro y la barba?

 Un buen momento

¿Por qué recomendar este compilado de una colección que duró tan solo ocho números en su edición norteamericana -Diciembre, 2015-Julio, 2016-? Al margen de la importancia que supone para el relanzamiento Rebirth, puesto que este Superman es actualmente el protagonista de su serie homónima y la clásica “Action Comics”, lo realmente trascendente es la evolución que implica en su historia. La crítica más importante que recibían los títulos del azuloso durante las últimas dos décadas era que realmente no había un desarrollo palpable en él o su entorno. Los grandes sacudones destinados a mantener el interés eran, como mínimo, desacertados, obedeciendo a aquella premisa de ‘cambiar todo para que nada cambie’. En tal sentido, el traslado de un universo a otro, con sus implicancias a cuestas, abrió un potencial de crecimiento enorme, que en las manos correctas, Dan Jurgens y Peter Tomasi, nada menos, está dando frutos impensados. Ojalá esta buena etapa dure. Y los editores no la arruinen.

                                                                            Un buen momento

 

#Culturanerd - Periodismo de corte fantástico

1 Comentario
  • Juan Pablo

    Muy buena descripción del cómic. Gracias por la info.

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