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De carne somos

El volumen recopilatorio de “El Esqueleto”, obra de Salvador Sanz, repasado al detalle por Mariano Sicart.

Un menú de dos platos

Corría Julio de 2015 cuando en el número 105 de “Fierro-La Historieta Argentina”, veía la luz el primer capítulo de ‘El Esqueleto’, trabajo que podríamos definir como una ‘fantasía urbana’ con toques de suspenso y hasta algo de gore, escrito y dibujado por Salvador Sanz (41 años), que sería presentado por entregas hasta totalizar 66 páginas, finalizando en el número 110 de la revista, con fecha de tapa en Diciembre del mismo año. Pero lo cierto es que la obra en cuestión tenía como antecedentes directos dos trabajos previos del historietista, de distintas épocas de su carrera, incluso.

‘Carnívoro’ fue una serie de siete capítulos, publicados a partir de 1994 en las páginas del mítico fanzine “Catzole”, donde se presentan las primeras versiones de tres importantes personajes: El Esqueleto, Deborah, y el Roecerebros. Casi una década después, en 2012, como parte de la “Antología Zombi”, editada por Ovni Press, Sanz encuentra una excusa para reciclar algunos conceptos de aquella trama, en una interesante historieta autoconclusiva titulada ‘Esqueleto’, proyecto éste en el que no suele embarcarse a menudo -lamentablemente-. Las criaturas querían volver.

Así es que llegamos a esta recopilación, que reúne los cinco capítulos completos, también a cargo de Ovni, que tiene desde hace tiempo el catálogo completo de la obra del creador, con ‘Legión’, ‘Nocturno’, y los dos volúmenes de ‘Angela Della Morte’. La factura técnica es impecable, con un papel de similar calidad a las ediciones locales de los cómics norteamericanos del sello, tapa con relieve, y unas cuantas páginas con extras, entre los que se cuentan ilustraciones con diseños de los personajes, bocetos varios, y hasta las reproducciones de algunas páginas de ‘Carnívoro’, también. Un lujo.

Dieta saludable

Buenos Aires. El futuro cercano. Un peligroso virus que afectaba al ganado se ha esparcido, generando una pandemia que acabó con gran parte de la población mundial. Los más fuertes sobrevivieron, a un alto costo, una terrible adicción a la carne que llevó al consumo de diferentes especies animales, en un principio, y al canibalismo después. Para ello evolucionaron, cambiando las mandíbulas dentadas por fauces flexibles, que permiten digerir mejor grandes presas, los hombres, y volviéndose cuadrúpedas para facilitar la caza, las mujeres. Agrupados en diferentes tribus, carnívoros y herbívoros, que no son otros que quienes practicaban el vegetarianismo antes del apocalipsisis, andan por una ciudad prácticamente desierta tratando de subsistir, cada uno a su manera. El problema es que en esta nueva cadena alimentaria, los segundos conforman el menú de los primeros. Y, contrariamente a lo que creen, no están solos.

Desde este atrayente y novedoso planteo, el creador se las arregla para presentar a los personajes que serán de la partida, el grupo de El Esqueleto, Leto para los amigos, líder y portador de la motosierra. Su pareja, la misteriosa Deborah, que anda por la vida sin su brazo derecho, perdido en dudosas circunstancias, el grandote Dragón, encargado de cargar con el único lanzallamas que poseen, y el tuerto Momia, que ha viajado por el interior del país y maneja cierta información que el resto de sus compañeros desconoce. Ellos serán los encargados de conducirnos por una trama muy pensada, que en principio avanza lentamente, para volverse vertiginosa e impredecible cuando uno menos lo espera. He allí uno de los principales méritos del guión, atrapar la atención del lector desde el principio, tal vez por mostrarnos un contexto urbano próximo y lejano a la vez.

Después, esperan grandes dosis de suspenso y acción en cada episodio, aprovechadas para mostrarnos en detalle a un enemigo infatigable, letal. Pero también para sembrar dudas al interior del pequeño elenco protagónico, al que vamos conociendo un poco más con el transcurrir del relato, percibiendo también impresiones cruzadas de unos hacia otros. Para descomprimir tanta tensión acumulada, hay ciertos instantes donde el humor, bien utilizado, se convierte en un recurso narrativo más. Otro aporte que suma al todo. El tramo final, que tiene lugar en un abandonado Museo de Ciencias Naturales, elección para nada caprichosa en vista de lo que viene, reserva un inesperado giro argumental de índole sci-fi capaz de llevar la acción hacia límites insospechados, mostrándonos al misterioso Roecerebros en todo su esplendor.

La cereza del postre

Quienes hayan tenido contacto con la obra previa de Salvador Sanz, no se sorprenderán para nada si destaco lo elaborado de su composición y puesta en página, la narrativa cinematográfica, o el diseño y expresividad de los personajes. Muchas de sus influencias provienen del séptimo arte, vinculándose con el género de ciencia ficción y fantástico. Ello se nota. Lo novedoso, en esta ocasión, al menos para quien esto escribe, es algo que antes no percibía en otros trabajos, y me estoy refiriendo al argumento. Siempre me pareció un gran dibujante al que solo le faltaba colaborar con un guionista con oficio, para crecer artísticamente. Después de leer esta obra debo reconocer que aquellas buenas ideas -que siempre tuvo-, pero no me parecía que lograra plasmar de forma convincente en una historieta hecha y derecha, que ‘cerrara’ por todos lados, ahora se han visto potenciadas dentro de una serie sin fisuras. Eso se llama evolución, y es fruto, además de su innegable talento, del compromiso asumido con la profesión.

Después, podríamos agregar que la vieja fórmula oesterheldiana de hacer transcurrir los hechos en un contexto conocido por el lector, definiendo el además del entorno a los personajes, sigue tan vigente como entonces, aunque ahora el ‘nosotros’ sean los vegetarianos, y el ‘ellos’, los carnívoros, en un país donde el consumo de carne por persona está entre los más altos del mundo. Una sutileza bienvenida. Lo mismo ocurre con las muchas referencias a la cultura pop, entre las que me permito destacar al villano que luce un casco de soldado Stormtrooper. Igualmente, el enfoque propuesto da para bastante más de lo que se mostró en esta primera entrega, y seguramente muchas de las dudas con las que nos quedamos quienes leímos “El Esqueleto”, que acaba de editarse en Polonia, serán aclaradas en ‘El fin de todas las especies’, próxima saga del personaje recientemente anunciada por al artista, que conoceremos en breve dentro de “Fierro”. Será cuestión de esperar, nomás, mientras recomendamos el presente tomo. Bon appetit.

#Culturanerd - Periodismo de corte fantástico

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