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Polvo de estrellas: El sexo en la Ciencia Ficción

FANTACIENCIA

Polvo de estrellas: El sexo en la Ciencia Ficción

Segunda parte del análisis del Dr. Jota Farias donde recorre el sexo en las novelas de ciencia ficción

TERCERA PARTE: REBELIÓN EN LA GRANJA
(Finales de los 60 – Mediados de los 70)

Por su parte, Ted Sturgeon volvió a la carga en 1967 y como parte de la antología de Harlan Ellison Visiones Peligrosas (Dangerous Visions), presentó el relato Si todos los hombres fueran hermanos ¿dejarías que alguno se casara con tu hermana? (If All Men Were Brothers, Would You Let One Marry Your Sister?) en el que se habla de un planeta que ha descubierto la cura para el cáncer, entre otras muchas enfermedades físicas y mentales del ser humano. El remedio mágico no es otro que la práctica sostenida y regular del incesto, por lo que todos los demás planetas lo condenan al ostracismo. En la misma antología aparece el cuento Por siempre y gomorra (Aye, and Gomorrah…), de Samuel R. Delany. El argumento se desarrolla en un futuro en el que la exploración espacial está a cargo de humanos modificados para no tener caracteres sexuales. Algunos hombres y mujeres sienten una extraña fascinación sexual por estos andróginos denominada complejo de desplazamiento sexual en caída libre y los astronautas que visitan La Tierra se prostituyen con ellos. Es un relato breve pero complejo e interesante.

Ese mismo año y de la mano del mismo autor aparece Babel 17, donde figuran relaciones homosexuales, aunque en el marco de un “matrimonio” formado por una mujer y dos hombres. Un año mas tarde y también escrita por Delany, ve la luz la primera novela del género en tener un protagonista homosexual: Nova. Mas adelante volveremos sobre este autor, cuya identidad sexual (es gay) se trasluce en gran parte de su obra.

Versión cinematográfica del libro

También en 1968 aparece el cuento Bienvenida a la jaula de los monos (Welcome to the Monkey House), de Kurt Vonnegur Jr. situado en un futuro en que el sexo está prohibido y el deseo se reprime mediante el uso de drogas. Un terrorista sui generis pelea contra el sistema demostrándoles a las mujeres en forma práctica lo que se están perdiendo. Al año siguiente, el mismo autor publica Matadero 5 o la cruzada de los niños (Slaughterhouse-Five or The Children’s Crusade: A Duty-Dance with Death), cuyo protagonista es abducido, encerrado en un zoológico y obligado a mantener relaciones sexuales con una actriz de cine llamada Montana Wildback. El libro fue removido de los planes de estudio de algunos estados, aunque probablemente esta decisión se debiera más a la carga antimilitarista de la historia que a su contenido erótico. En 1972, se realizó una versión cinematográfica del libro, dirigida por George Roy Hill.

La escritora Ursula K Le Guin, reconocida feminista y primera mujer en ser galardonada con el título de Gran Maestra por la SFWA ((Asociación de escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos)) , escribió en 1969 la novela ganadora de los premios Hugo y Nébula La mano izquierda de la oscuridad (Left hand of darkness). Enmarcado en su Ciclo del Ekumen, la acción transcurre en el planeta Gueden, una colonia terrestre en la que los habitantes se han convertido en hermafroditas con la capacidad de cambiar de sexo. Son andróginos, biológicamente bisexuales. Durante aproximadamente tres semanas del mes son neutros y en la semana restante se convierten en machos o hembras, según la influencia feromonal de su compañero sexual aunque si un individuo desea desarrollar un sexo determinado, puede inducírserlo por medio de drogas. Así, aunque forme parte de una pareja estable, cada guedeniano puede ser padre o madre de sus hijos en distintos momentos de su vida. Le Guin aprovecha esta idea para explorar el comportamiento humano cuando el género deja de ser una constante. En ese sentido, la novela marca un hito importante en la creciente sofisticación del tratamiento del sexo que comienza a desarrollarse en la siguiente década.

Robert Silverberg escribió en 1971 El mundo interior (The World Inside). La historia está ambientada en el año 2381, cuando la mayor parte de la humanidad habita gigantescos edificios llamados Monurb (acrónimo de Mónada Urbana), capaces de albergar a mas de cien millones de personas cada una. En esa sociedad no existe la intimidad, ni los tabúes y la promiscuidad sexual es obligatoria, aunque se implementa en una forma muy machista. Los hombres salen por las noches a realizar “rondas” por los distintos pisos del edificio, se meten en las camas de sus amigos, vecinos o en las de simples desconocidos. Todas las mujeres están disponibles, ya que rechazar una “visita” de ese tipo es la descortesía suprema, la descalificación social definitiva… sobre todo si quien te visita es de una clase superior. La novela es excelente en su retrato de este nuevo “mundo feliz” en el que el sexo y las drogas se utilizan, una vez mas, para tener a la población controlada.

En 1973 J G Ballard publica Crash, novela cuya trama gira alrededor de la sinforofilia, una parafilia en la cual la excitación sexual se produce al observar o incluso representar un desastre, tal como un incendio o, en el caso del libro, un accidente de tránsito. Se realizó una adaptación al cine en 1996, dirigida por David Cronenberg. Por su parte, Robert Heinlein vuelve al ruedo con Tiempo para amar o Las 100 vidas de Lazarus Long (Time enough for love, or the lives of Lazarus Long) novela cuyo protagonista, un pseudoinmortal llamado Lazarus Long seduce mujeres a lo largo y a lo ancho del tiempo… incluyendo a su propia madre. En Argentina, la rosarina Angélica Gorodischer escribía la primera de las aventura de Trafalgar Medrano: A la luz de la casta luna electrónica. En ella, el comerciante rosarino que viaja por el espacio visita Veroboar y tiene relaciones con una de las mujeres que detentan el poder en ese planeta. En principio duda de si se trata en verdad de una mujer, pero cuando su interlocutor lo apura se da el siguiente diálogo:

“—Ta bien, ta bien, pero explicame: ¿que tenía entre las piernas? ¿Una cosa que sobresalía o un agujero?
—Un agujero. Mejor dicho dos, cada uno en el lugar correspondiente.
—Y vos te aprovechaste de los dos.
—Y no.”

Bastante explícito para la época. En realidad, la mayoría de los cuentos que tienen a Trafalgar como protagonista incluyen amoríos con las habitantes de los mundos visitados. Parece que al hombre se le daba bien mezclar trabajo con placer.
Algo similar le pasa al protagonista del cuento aparecido en 1975 Danubio Azul (Blue Danube), de Vic Morris. Se trata de un científico que debe actuar como embajador ante los extraterrestres que se disponen a visitar La Tierra y evaluar la posibilidad de que esta se incorpore a la sociedad galáctica. Pero para eso los humanos deben probar que son capaces de dejar de lado sus prejuicios, manteniendo relaciones sexuales con la embajadora alienígena.

También en 1975 aparece El hombre hembra (The female man), de la escritora lesbiana Johana Russ. El libro sigue la historia de cuatro mujeres en cuatro realidades distintas: Jeannine, que vive en un mundo en el que la Gran Depresión nunca terminó; Joanna, que vive en nuestro mundo; Janet, que vive en un mundo sin hombres y Jael, en cuyo mundo los hombres y las mujeres se encuentran en guerra. La autora utiliza estos universos paralelos para hacer una denuncia del machismo imperante en su propia época. Samuel R. Delany, por su parte, vuelve a la carga con Dhalgren, novela donde representa múltiples formas de sexualidad y que es una de las primeras en incluir escenas gays sexualmente explícitas. Y Howard Waldrop presenta el cuento Mi dulce Jo (My sweet lady Jo), en el que un muchacho criado en un orfanato se enamora de una mujer que acaba de regresar del espacio exterior, para descubrir (demasiado tarde) que se trata de su propia madre, que gracias a los efectos relativistas del viaje espacial es apenas un poco mayor que cuando lo abandonó.

Pero probablemente lo mas destacado de esos años, sino por su calidad literaria, al menos por su trasfondo es la aparición de la novela de Kilgore Trout “Venus en la concha” (Venus on the half-shell), que cuenta la historia de Simon Wagstaff, un inmortal y vagabundo del espacio, deambulando por el cosmos con su banjo atómico, su perro, su lechuza y una hermosa androide.

“Venus en la concha”

Como parte de sus aventuras, Simon tiene un tórrido encuentro con la reina Margaret del planeta Shaltoon.

Ese mismo encuentro, junto con el título de la novela y el nombre del autor habían aparecido en el libro Dios lo bendiga, Mr. Rosewater (God bless you, Mr. Rosewater), de Kurt Vonnegut. Y es que Kilgore Trout es un personaje recurrente de las novelas de Vonnegut cuyo nombre es un anagrama del también escritor Theodore Sturgeon.

Pero el auténtico autor de Venus en la concha no es ninguno de ellos dos, sino Philip José Farmer, quién tuvo la genial idea de empezar a publicar la obra de este escritor ficticio… sin discutirlo primero con su creador. Se dice que el proyecto se interrumpió tras una conversación telefónica mas bien violenta entre Vonnegut y Farmer.

Dos años mas tarde James Tiptree Jr, seudónimo de la escritora bisexual Alice Sheldon publica El eslabón más débil (The Screwfly Solution), un cuento que denuncia la violencia de género al contar como unos misteriosos extraterrestres se libran de los humanos incitando a los varones a asesinar cruelmente a las mujeres. En el 2006 y como parte de la serie Masters of horror, se realizó una adaptación para televisión de una hora de duración. A la misma autora pertenece Huston, Houston, ¿Me recibe? (Houston, Houston, Do You Read?), relato en el cual unos astronautas de nuestra época entran en contacto con las habitantes de un futuro en el cual los hombres se han extinguido y las mujeres se reproducen por métodos artificiales y practican el sexo lésbico. Compárese esta opción, mucho mas lógica, con la asexualidad presentada en el primer relato comentado en este ensayo.

CUARTA PARTE: LOS DIAS DE PRECIOSA PAT
(Principios de los 80 – Fin de siglo)

En 1978 aparece la recopilación La persistencia de la visión (The Persistence of Vision), de John Varley, uno de los autores representativos de la llamada New Wave. La novela corta que le da título trata sobre una comunidad de ciegossordomudos que desarrollan una particular forma de lenguaje en base al contacto físico. En ese contexto, el sexo es una parte importante de la comunicación. Otro de los cuentos incluídos, llamado Cantad, Bailad (Gotta Sing, Gotta Dance), trata sobre un humano emparejado a un simbiote de origen vegetal que tiene relaciones con una humana modificada genéticamente para ser cuadrúmana. El objetivo no es sólo obtener placer: están probando un instrumento musical capaz de convertir el movimiento en delicados sonidos y su acto sexual será el concierto supremo. Dicho cuento forma parte del Ciclo de los 8 mundos, una serie de novelas y relatos en los que el hombre, habiendo sido expulsado de La Tierra por unos misteriosos extraterrestres, se ve condenado al exilio en los otros planetas y satélites del sistema solar.

La persistencia de la visión

En la sociedad imaginada por Varley es normal el cambio de sexo, la clonación, la modificación genética y todas las clases de variaciones sexuales imaginables. Valga como ejemplo otro relato de la misma colección, titulado El fantasma de Kansas (The Phantom of Kansas). La protagonista, Ardilla, se ha clonado varias veces como forma de prevenirse ante una muerte accidental, práctica común entre las personas adineradas. Por una serie de razones, termina conociendo a uno de sus clones que ha adoptado el sexo masculino y enamorándose de él. Ambos huirán de la civilización que considera su relación como ilegal.

A despecho de todo lo escrito, parece que la evolución en el tratamiento de la temática sexual en la ciencia-ficción hubiera podido seguirse en base a la obra de un solo autor: Robert A. Heinlein. En 1982 publica Viernes (Friday), novela contada en primera persona por una espía, atormentada por su calidad de persona artificial. Además de escribir desde un punto de vista femenino, cosa a la que pocos autores varones se atreven, Heinlen presenta aquí un nuevo modelo de familia: las familias plurales, con varios esposos y esposas que viven juntos y crían a sus hijos en comunidad. Es la idea presentada en Forastero en Tierra Extraña, pero desprovista de su halo de hippismo y regularizada en forma práctica. Hay varias escenas de sexo, incluyendo la violación de la protagonista por tres agentes enemigos. Heinlen ha pasado de la pacatería de los albores de la ciencia-ficción, a la promiscuidad hippie y de ahí a la plurisexualidad que caracterizará al género en los años venideros.

Estamos en los ochenta y comienza la era Ciberpunk. En una de las novelas que inaugura este subgénero, Neuromante (Neuromancer), de William Gibson, aparece un personaje secundario que tiene clones de su hija a los que induce autismo para tener sexo con ellos y luego matarlos. Está también Molly, uno de los caracteres principales, que en el pasado alquilaba su cuerpo para ejecutar programas de sexo en las llamadas “casas de muñecas”, prostíbulos en los que las mujeres actúan según el software que se les implanta, sin voluntad consciente ni recuerdo de lo que hacen.

Y tengo que volver a mencionar a John Varley. En 1986 aparece Blue Champagne, otra de sus colecciones de relatos, en varios de los cuales nuevamente se especula sobre la evolución de la sexualidad a la luz de los cambios tecnológicos y sociales. Por ejemplo, Opciones (Options), la historia de una mujer casada y con hijos que decide probar que se siente ser un hombre. Este relato fue adaptado para televisión como parte de la serie del Sci-Fi channel Welcome to Paradox. O Xanthia y el agujero negro (Lollipop and the Tar Baby), en el que una mujer que viaja por el espacio “cazando agujeros negros” combate la soledad generando clones de sí misma a los que cría como hijas y también como amantes.

Entre 1987 y 1989 aparece la trilogía Xenogénesis de Octavia Butler, compuesta por Amanecer (Dawn, 1987), Ritos de madurez (Adulthood rites, 1988) e Imago (Imago, 1989). La acción transcurre en un futuro en el que los escasos supervivientes de una guerra nuclear son rescatados por una raza extraterrestre, los Oankali, que llevan siglos dedicándose al comercio de genes. Estos alienígenas tienen tres sexos: masculino, femenino y ooloi. Este último posee la capacidad de realizar alteraciones genéticas en las razas con las que toman contacto, para que solo puedan reproducirse por su intermedio, generando una raza híbrida y esterilizando a los individuos que se nieguen a aceptar el “trato”. Por algún motivo que escapa a mi comprensión, la autora presenta esta situación como deseable y a los humanos que aceptan el trato como “buenos”, mientras que el papel de “malos” les corresponde a los que organizan la resistencia. Estoy seguro que esta señora alentaba a los Borg en cada episodio de viaje a las estrellas en que aparecían. Como si faltara algo, plantea la existencia de un gen violento en la especie humana asociado al género masculino ¿Qué tal?

En 1991 volvemos a encontrarnos con Samuel R Delany (probablemente el autor mas citado de este ensayo) con su novela Triton (Trouble on Triton). La ambientación es muy similar al citado Ciclo de los 8 mundos, de Varley: un universo en el que el cambio de sexo, el nudismo y el consumo de drogas son cosa de todos los días. El protagonista es Bron Helstrom, un ex prostituto marciano que, inmerso en una sociedad que ha abolido todas las reglas que restringen la libertad humana, se las arregla para ser infeliz.

Veamos otra trilogía, esta vez del canadiense Robert J. Sawyer: El paralaje Neanderthal (The Neanderthal parallax), compuesta por las novelas Homínidos (Hominids, 2002), Humanos (Humans, 2003) e Híbridos (Hybrids, 2003).

Hominids (2002)

Hace millones de años, la evolución tomó una drástica decisión que marcaría el futuro humano: de dos razas con el potencial de desarrollar la inteligencia, una se extinguió. El hombre moderno desciende entonces del cro-magnon, mientras que el Neanderthal se perdió en las nieblas del tiempo.

A caballo de la cuántica, la saga cuenta el descubrimiento de un universo paralelo en el cual las cosas se dieron exactamente al revés: el cro-magnon se extinguió mientras el Neanderthal evolucionó hasta desarrollar una civilización. La organización familiar en ese universo es muy distinta de la nuestra. Desde los albores de la historia, los hombres y mujeres viven separados y solo se unen durante un breve período de tiempo llamado “Cuando dos son uno”: la época de apareamiento. El sexo recreativo y la principal forma de amor romántico se da entre personas del mismo sexo. Cada hombre tiene un “hombre-compañero” que es su pareja romántica y sexual estable y una “mujer-compañera” a la que lo unen fuertes lazos de amistad y con la cual se reproduce. A su vez esta tiene una “mujer-compañera”, que tiene a su propio “hombre-compañero” y así.

Escapa a los fines de este ensayo analizar en profundidad el resto de su organización social, que como suele ocurrir, el autor describe como utópica: no hay guerras, ni especies extintas (los lanudos mamuts pastan a sus anchas), el mundo está muy lejos de estar superpoblado y se han librado de la mayoría de las enfermedades e incluso de la criminalidad. Pero no puedo dejar de mencionar el detalle de que lo han logrado impidiendo la reproducción de quienes fuesen portadores de enfermedades hereditarias o taras físicas y mentales. También son esterilizados quienes demuestran tendencias violentas, así como sus descendientes (una vez mas el “gen violento”, pero esta vez, sin distinción de sexo). Y para garantizar la seguridad, todos los ciudadanos de este mundo perfecto llevan un implante que graba en un banco de memoria sus actividades, de modo que es imposible ocultar cualquier hecho delictivo.

El autor se esfuerza en explicarnos que el fin justifica los medios y los inocentes no tienen nada que ocultar… pero a mí me da que el hombre desciende del cro-magnon y el fascista desciende del Neanderthal.

Quiero cerrar esta nota con una curiosidad: Historias verdaderas del griego Luciano (120 a.C – 185 a.C) considerado el primer ejemplo de ciencia-ficción conocido. El protagonista de la historia es arrastrado por un tifón a la Luna, donde encuentra una sociedad compuesta exclusivamente por hombres que se reproducen plantando en el suelo su testículo izquierdo, del cual crece la planta que posteriormente dará como fruto un niño. Como premio a sus logros en combate, el héroe se casa con el hijo del rey de los selenitas. La primera narración reconocida como de ciencia-ficción tiene un componente homosexual… al igual, claro está, que la sociedad en la que fue concebida.

CONCLUSIONES

La humanidad ha vivido épocas de oscurantismo y de libertinaje y muchas veces es difícil ponerse de acuerdo con respecto a cuál es cuál, porque como dice Phillip José Farmer en Jinetes del salario púrpura (Riders of the Purple Wage, 1967) “La pesadilla de uno es el correrse en sueños de otro”. Dada su naturaleza especulativa, la literatura de ciencia-ficción no solo es espejo de su tiempo, sino que intenta ver mas allá, hacia el futuro. Es por eso que la forma en que el género trata el sexo, refleja la forma en que lo trata la sociedad pero también es una exploración de sus deseos ocultos.

Cada autor nos da una pieza para armar el rompecabezas de lo que el futuro podría depararnos. Varley nos dice que la clonación y los cambios de sexo serán moneda corriente, pero Delany nos hacen notar que eso no tiene porqué significar que estaremos mas satisfechos. Farmer y Vonnegut nos advierten que la represión sexual es una herramienta para controlar a la población mientras Silververg y Huxley nos demuestran que la absoluta permisividad también lo es. Sturgeon y Heinlein nos dicen que los actuales tabúes y perversiones pueden ser la norma el día de mañana. Y que quizá aceptemos variantes que aún ni siquiera hemos descubierto.
Espero que hayan disfrutado de esta nota, solo me queda decirles que si la han leído por completo, pueden considerarse voyeuristas.

 

 

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