CINE
Nada más que un primer paso: Man of Steel de Zack Snyder.
Reseña de Cristian Oliva de la fuerte apuesta de Warner y DC.
El Hombre de Acero (Man of Steel, Estados Unidos/2013). Director: Zack Snyder. Elenco: Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon, Diane Lane, Kevin Costner, Russell Crowe y Laurence Fishburne. Duración: 143 minutos.
Sin dudas no es sino curioso el estado actual que evidencia el cine norteamericano. Curioso porque es rentable, tiene amplios dividendos y sus ingresos lejos están de acotarse solo a los buenos números de la taquilla. Por otra parte, sus buenas ideas y el cine de autor quedaron demasiado lejos, quizás dentro de esa bien llamada “época de oro”. Prueba de esta premisa es el crecimiento abismal que han tenido las adaptaciones, el cine de superhéroes y términos tales como secuelas y precuelas. Incluso la industria misma ha sabido desligarse de pequeños fracasos y metidas de pata instaurando el término de Reboot (casi como sí de un nuevo género se tratase). El “reboot” o lo que es lo mismo el “borron y cuenta nueva” siempre al servicio de los buenos productores que bien sabemos poco y nada entienden del cine.
Superman se instaura lamentablemente en esta categoría pero con una pequeña salvedad: LO MERECE.
En esta época en la que el cine de superheroes ha adquirido cierto respeto o por lo menos masividad es un total despropósito que Superman aun no haya plasmado de manera efectiva en el séptimo arte lo que ha sabido mantener a lo largo de 75 años de historia.
Uno de los personajes más icónicos de la historieta mundial y padre del calificativo de superhéroe merece y justifica esta y cualquier adaptación futura que se realice.
La de Zack Snyder, la sexta presencia del personaje en la gran pantalla, es cuanto menos correcta a falta de un término que la describa de una mejor manera, y es sin dudas muy superior respecto a la cinta que Bryan Singer realizo en el año 2006. Sinceramente creo coincidir con todos que no se necesitan demasiados meritos como para superar la versión anterior.
Warner opto por esquivar cualquier riego/desafío y redujo las probabilidades de queja y descontento al numero cero. Para ello brindo a la adaptación la presencia de Christopher Nolan como productor y coautor de la historia y David Goyer como guionista (ambos activos participes en el inmenso éxito que fue la trilogía del Caballero de la Noche). Zack Snyder oficio como director teniendo ya como antecedente dos adaptaciones de novelas graficas: una muy exitosa, 300 de Frank Miller, y otra no tanto, Watchmen de Alan Moore.
Casi casi el Barcelona.
La historia, atravesada por un sin fin de elementos religiosos, básicamente gira en torno al viaje de autodescubrimiento que emprende Clark Kent luego de un hecho más que trágico. Este viaje, que vale mencionar lo realiza a la no casual edad de 33 años, es una muy buena excusa para revisionar una vez más los orígenes del personaje y es por lejos donde el director logra plasmar con mayor soltura, precisión y dinámica la historia que, en mayor o menor medida, todos conocemos. Así, y durante continuos flashbacks, repasaremos la infancia y adolescencia del personaje.
El enemigo de turno y que servirá de punto de partida para que el personaje tome contacto de manera abierta con los seres humanos es el General Zod (Michael Shannon), un Kriptoniano con el férreo propósito de hacer de la tierra el epicentro para el desarrollo de una nueva generación de tocayos.
La historia es demasiado simple, bien básica y no esta nada mal que así lo sea. El error sin embargo consiste en intentar complejizar la trama con pinceladas de un dramatismo que el superhéroe y la cinta no necesitan. En este sentido vale precisar que Superman no es Batman.
La puesta en escena es, como nos tiene más que acostumbrados el director, formidable y representa en todo momento el rasgo distintivo y al que apunta el film. Lo demás existe pero siempre supeditado a la grandilocuencia de la fotografía y del ojo de la cámara. Siempre a favor de esto último se descuida el peso y la actitud del protagonista y de los actores que lo acompañan.
Henry Cavill de esa forma no esta demasiado lejos de aquel inanimado Clooney de Batman y Robin. Hace lo que puede frente a un director preocupado por el fuerte impacto visual y la carga icónica del emblema de DC que vale reconocer consigue transmitir durante buena parte del metraje.
Cuando finalmente Zod llega a la Tierra cada una de estas falencias que mencionamos consiguen potenciarse… aun más.
Así las escenas de acción atropellan cualquier dejo de sentido y son a medida que avanza la pelicula más y más grandes. Nada pero absolutamente nada que un film de Michael Bay como Transformers (por solo citar alguno) no haya ofrecido. Un completo caos que parece nunca acabar y que se extiende quizás como la mejor prueba de que el ancho presupuesto no se destino solamente a su campaña marketinera.
Es una lastima ver como se descuidan papeles secundarios como el de los Kent (interpretados por Kevin Costner y Diane Lane), y Perry White entre otros. Pero sin dudas lo que se echa de menos es la inexistente química entre la periodista Louis Lane (Amy Adams) y Superman. El romanticismo dura lo mismo que el anonimato de Clark Kent frente a la periodista del Daily Planet.
En definitiva Man of Steel, la cinta de Superman más larga de la historia, surfea durante sus casi dos horas treinta en la superficialidad propia del gran impacto visual que presenta, evitando así cualquier atisbo de relaciones humanas y profundidad. Sin embargo esto no deja de ser solo el inicio: un firme primer paso que necesita emprender y recorrer su propio camino. Lo importante es que le sobra tiempo para hacerlo.
