Reseña “Batman: La Guerra del Joker”

Batman vs. Joker, el duelo que tanto nos gusta promete explotar en La Guerra del Joker. Esta historia, a cargo de James Tynion IV con arte de Jorge Jiménez, encuentra al Joker en su máximo esplendor y listo para llevar a cabo sus planes más retorcidos hasta la fecha.

En este gran bati-evento, el Joker junto a su nueva novia y secuaz, Punchline, tienen recursos ilimitados tras haberse apropiado de la fortuna de los Wayne. Esto les permite comprar todo y a todos en Gotham, resultando en un nivel de corrupción profunda y despiadada, comparable con la que veíamos años atrás en Batman: Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli.

Lo interesante y novedoso de esta historia es que Batman se ve confrontado con su propio código de “No matarás”. Una regla que, por lo menos en los cómics, el encapotado se niega a romper y que parece ajustarse a la moralidad que, en general, se espera de un superhéroe.

Sin embargo, el caballero oscuro deberá responder por los cientos, sino miles, de personas que han muerto por culpa del príncipe payaso del crimen y, en consecuencia, por culpa de la negativa de Batman de matar de una vez por todas al Joker.

Más allá de cuán nobles puedan ser las intenciones de Batman y su fe en que el asilo Arkham sea suficiente para contener y rehabilitar al Joker (parece que Batman tiene mala memoria), la Guerra del Joker no hace más que plantear “¿De verdad vale más tu código de “no matarás” que todas las vidas que quitó y seguirá quitando el Joker?”

Adentrándonos bien en lo que es argumento, tenemos una Gotham literalmente en llamas, controlada por el Joker y patrullada por sus secuaces o “payasos”. El joker maneja todos los medios de comunicación y usa este poder para torturar psicológicamente a los ciudadanos y especialmente a Batman.

Por otro lado, nos encontramos a Punchline como encargada de llevar a cabo el “día a día” en los planes del Joker. Esta nueva villana no impresiona demasiado, ya que no hace nada que no le hayamos visto hacer a Harley Quinn. El tiempo dirá si este personaje progresa o se desinfla como un truco publicitario fallido.

Por lo que sí debemos darle crédito a Punchline es por darle una vuelta de tuerca a la toxina del Joker, haciéndola más nociva que nunca.  El Joker utilizará esta toxina, más todos los nuevos “juguetitos” que tiene gracias a empresas Wayne, para meterse en la cabeza de Batman, trastornarlo y hacerlo dudar de sus capacidades. El Joker librará una guerra casi psicológica contra Batman, rompiendo en pedazos su sueño de un futuro brillante para Gotham, donde su trabajo como defensor ya no sea requerido.

Mientras Batman lucha por ponerse en pie tanto física como mentalmente, la ciudad ha perdido la esperanza. Son pocos los que aún se aferran a la utopía de que Batman llegará justo a tiempo para salvarlos.

Desde el fuego y los escombros de Gotham surge un personaje muy intrigante: Clownhunter, El Cazapayasos. Un adolescente que no duda ni por un segundo en eliminar a tantos matones del joker como pueda.

El Cazapayasos es la personificación retorcida de un héroe nacido en Gotham. Su misión es simple: limpiar la ciudad de los criminales que la atormentan. Este nuevo vigilante es la otra cara de la moneda; mientras Batman se aferra a su código moral, El Cazapayasos representa a cada ciudadano a quien Batman le ha fallado, cada víctima de la eterna guerra de Batman contra el Joker. Esperemos que DC siga apostando por este personaje que viene a traerle un poco de gore a las páginas de Batman y quien sería una adición interesantísima a la Bat-familia.

Volviendo al antagonista principal de esta historia, el Joker con sus característicos monólogos psicóticos de villano de cómic, le hace ver a Batman, y por ende a nosotros los lectores, que la ciudad ha cambiado. Sus viejos métodos de superhéroe ya no funcionan. Si Gotham ha cambiado, ¿Podrá hacerlo Batman? ¿Podrá de una vez por todas detener al Guasón? Mas allá de que si Batman mata al Joker se nos terminan esas historias que tanto nos gustan, ¿No es su propio ego lo que le hace mantener ese ciclo eterno de persecución al Joker? ¿Cuántos ciudadanos más habrá, como El Caza-payasos, a quienes Batman les ha fallado, decepcionados con todo, listos para cobrar justicia por mano propia?

En palabras de Harley Quinn, esto “ya no funciona”, tiene que terminar. Veremos qué consecuencias trae esta historia, y esperemos que las traiga, porque si no el sabor que nos queda a los lectores es el de una historia que promete mucho pero que parece no animarse a alterar demasiado el orden de las cosas.

El evento se disfruta mucho, no porque derroche originalidad sino porque maneja elementos de Batman que vienen funcionando desde hace décadas. Es una lectura muy entretenida para los lectores de siempre y una buena entrada al mundo de Batman para los nuevos curiosos.

El arte de Jorge Jiménez es hermoso, cada página es un deleite para el lector. Por parte del escritor, si algo nos ha demostrado James Tynion IV es que su paso por Batman trae más acción que la etapa de Tom King, y se acerca más al estilo de lo que fue la aclamada etapa de Los Nuevos 52 a cargo de Scott Snyder y Greg Capullo.