Entre Escorpiones y Caníbales

Desde hace 20 años que Enrico Marini y Stephen Desberg narran las aventuras de El Escorpión, un simpático justiciero sin mascara (héroes eran los de antes), pero con espada que vive en la Roma del Siglo XVIII quien enfrenta la persecución de las familias más poderosas del Imperio por un secreto familiar que los deshonra y pone en peligro su poder.

Latinbooks tiene el gran acierto de traernos en edición local (respetando la edición original con el tamaño europeo) los primeros cuatro tomos de esta obra que ya lleva un total de 11 publicados, a la espera de poder publicar todos ellos.

Libro 1 – La Marca del Diablo

Desberg y Marini parecen una dupla maestra de la cocina, abrir el libro es como entrar a la cocina y sentir el aroma correcto de un plato que huele a historia épica de aventura, con todos los ingredientes que deben tener para engancharnos y esperar el plato principal que sabemos no será en el primer tomo porque esto se siente que serán varios platos.

Arrancamos con la correspondiente presentación del ambiente traicionero y de disputa constante de poder que era el Imperio Romano en el año 1750, en especial con distintas familias adineradas que luchaban por el poder máximo del Imperio: la Iglesia. Para lograr tener el poder completo de esta Institución, una de las familias sabe que debe limpiar por completo su pasado, y eso significa eliminar a un conocido ladrón apodado El Escorpión, quien lleva encima la marca de nacimiento que ha designado su futuro y condenado el de quienes desean apoderarse de la Iglesia.

Los autores manejan muy bien el argumento, se apuran por presentar a los personajes, el contexto donde se desarrolla y el secreto que luego se convertirá en hilo conductor de la saga. Una vez hecho esto, van a comenzar a mesurarse, ya sin el apuro de mostrar sus ingredientes, se van a ocupar de hacer uso de la aventura y de la acción sin que se note una pérdida del argumento, dándole al lector lo que está buscando: entretenimiento puro con buenas escenas de combate y diálogos correctos, sin abusar del humor o del sinsentido de palabras de la época. Está todo orientado a la aventura y el ritmo está a la hora del día.

En lo que es el arte, Marini la rompe con un estilo equilibrista de la línea clásica pero con la dinámica actual de lo que bien podría ser el storyboard de un dibujo animado. Todo se siente muy bien, muy fresco y en constante movimiento.  En cada cuadro, en cada armado de página, el autor hace que el dibujo respire y exhale aventura, si de olores hablábamos en el guion, en el arte es todo lo que visualmente nos esperábamos al sentir ese aroma.

El color es una hermosura, un impacto visual que engrosa mucho el dibujo, que se desenvuelve con una tranquilidad y un dominio de todos los géneros y sensaciones que el guion hace pasar a sus personajes y a sus lectores.

Libro 2 – El Secreto del Papa

El segundo tomo ahonda en el secreto presentado en el tomo anterior y en los intentos de asesinato de nuestro joven y atlético protagonista. Acá se acabó el tiempo de pensar y de jugar con que no se descubra la historia detrás de la mancha del Escorpión.

La historia continúa desarrollándose con buen tiempo, e incluso se sacrifica de lleno el secreto y nos pinta casi todo el mapa de lo que está sucediendo, no perdemos el hilo conductor de la saga sino que los autores lo modifican para que el lector ya sepa lo que viene por detrás y poder profundizar en los personajes y en la historia que se está tejiendo entre la Iglesia y la búsqueda de control de las familias.

¿Por eso perdemos el gancho con la historia? Para nada, si hay algo que los autores saben manejar es el ritmo de la historia, una vez descubierto el complot, utilizan a los personajes secundarios para empezar a empujar a la historia y que no sea solo movida por un secreto que visualmente estaba cantadisimo. Pero poco de eso importa, acá estamos por la aventura y porque la historia acompañe, eso es lo que tenemos.

El dibujo sigue tan fuerte como en el primer tomo pero si se nota un descuido (o una apurada por llegar a terminarlo) en los fondos, que no termina resolviendo muy bien y que por lo menos se nota mucho la falta la atención que hace con respecto a todo el amor que deja cuando dibuja a sus personajes. Sobre el final, cuando ya se terminó el momento de los diálogos, el autor retoma el nivel al que estamos acostumbrados y la vuelve a romper como queríamos que haga.

La Marca del Escorpión

La obra de Marini y Desberg no va a pasar a la historia por ser una historieta que te vuele la peluca con su argumento original ni por reinventar el género de la acción histórica, pero si lo va a hacer por un dibujo hermoso, que nos recuerda el arte de las revistas viejas pero con la frescura de algo nuevo, acompañado por un guion solido que nos ofrece pasar un rato muy entretenido y que promete hacerlo por un buen tiempo.

Una obra para disfrutar.