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El vengador del futuro

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El vengador del futuro

La última incursión de Frank Miller en la franquicia del murciélago, Caballero Oscuro III: La Raza Superior, bajo la lupa

Queremos tanto a Miller

En la década del ochenta y después de pergeñar dos obras contemporáneas claves, revolucionarias, en la mitología del hombre murciélago, que excedieron por mucho los cánones del género en la época, como Year One y The Dark Knight Returns, Frank Miller entró en ese selecto grupo de creadores que los fans del personaje van a reverenciar por siempre. A tal punto de perdonar u obviar trabajos posteriores de bastante menor relevancia artística, como esa floja reinterpretación -inconclusa- del mito titulada All Star Batman y Robin, junto a Jim Lee, su opaca secuela del clásico,  Dark Knights Strikes Again, o la ilegible, terriblemente republicana Holly Terror, Batman!

Con escaso crédito entre gran parte del público comiquero y la crítica en general tras estas últimas fallidas incursiones en Gotham City, lo cierto es que cuando se anunció el proyecto de una tercera parte para una de sus obras maestras, las reacciones fueron encontradas. Igualmente, estando involucrados en el proyecto Brian Azzarello como coguionista y la dupla Andy KubertKlaus Janson en la faz gráfica, se abrió cierto margen de esperanza para esta secuela, que hasta entonces presentaba más dudas que certezas.

Una vuelta más

Publicada originalmente entre 2016 y 2017 como una miniserie de nueve capítulos en formato comic book que retoma los hechos acaecidos en ese futuro concebido por el bueno de Frank hace tres décadas y revisitado entre 2001 y 2002, cada entrega ofrece, además, un pequeño insert de 12 páginas, ‘El universo del Caballero Oscuro presenta’, dedicado a explorar situaciones colaterales de la trama central, con protagonismo de diferentes personajes y lápices principalmente a cargo del propio Miller -salvado por buenos entintadores, con Janson a la cabeza-, además de logradas participaciones de Eduardo Risso y John Romita Jr.

En nuestro idioma existen dos opciones para obtenerla, el volumen compilatorio que ofreció ECC Argentina en ocasión de la última Crack-Bang-Boom, o su versión española, que presentó el material tal y como salió publicado en Norteamérica, a cargo de ECC Ediciones, cuyo último número acaba de llegar vía importación. Personalmente recomiendo esta edición, por el material extra que presenta en cada número, esto es, reproducciones en blanco y negro de algunas páginas donde se puede apreciar mejor el gran trabajo desarrollado por el dibujante y entintador. Kubert y Janson logran conjugar el homenaje de estilo al creador de la obra, desde la misma puesta en página, a la vez que dejar su propia y efectiva impronta en el trabajo, con los coloristas Brad Anderson y Alex Sinclair complementando eficazmente.

Resistiendo con aguante

El veterano Bruce Wayne yace en la cueva muy malherido y su ciudad está peor que nunca. En un intento desesperado por llevar algo de orden a las calles, su pupila, la intrépida Carrie Kelley, toma para sí el manto del murciélago y comienza a operar entre las sombras, tratando de no dejarse ver y enfrentando un caso de exceso policial contra un joven. Las cosas no salen del todo bien y es detenida por la Comisionada Yindel, que busca respuestas ante esta reaparición, apremiada por la opinión pública y el poder político de turno, que no ven con buenos ojos el accionar vigilante en Gotham.

Simultáneamente, la joven Lara, hija de Superman y Wonder Woman recurre a The Atom, solicitando su ayuda. Más interesada en su herencia kryptoniana que amazona, el hecho de crecer sin su padre la hace dar con la diminuta ciudad de Kandor, miniaturizada allá lejos y hace tiempo por Brainiac y colocada en el interior de una botella, que por décadas permaneció oculta en la Fortaleza de la Soledad. Ray Palmer, ignorante del peligro que supone liberar a sus ciudadanos en nuestro mundo, logra lo imposible. Liderados por el fanático religioso Quar, los extrarrestres enfrentan a las principales naciones de la Tierra, para imponer su malévolo orden; quienes se opongan a tratarlos como Dioses, serán objetivos de su poderío atómico.

Un maltrecho Batman y su compañera, Batgirl, encabezan la resistencia contra esta gran amenaza, pero saben que poco o nada pueden hacer solos, por lo que optan por contactar con los antiguos miembros de la Justice League Of America. De esta forma comienzan a hacer acto de presencia Superman, The Flash, Aquaman, Green Lantern, además de la ya mencionada Princesa Diana y el Doctor Palmer. Atacando distintos frentes en simultáneo, estos avejentados superhéroes deberán encontrar la forma de trabajar juntos para neutralizar el peligro proveniente del planeta de origen del Hombre de Acero. O perecer en el intento.

 

Se fue la tercera

Esta nueva incursión en aquel peligroso futuro distópico concebido hace tres décadas por el artista oriundo de Maryland es, por diferentes motivos, definitivamente más feliz que su fallida segunda parte, pese a perder en comparación con el capítulo inicial. Una narración no demasiado original, cabe destacar, pero muy interesante de principio a fin. La trama que le da vida -¿argumento de Miller, guión de Azzarello?- está muy bien pensada, desenvolviéndose ante el lector con un ritmo pausado que aprovecha los obligados golpes de efecto practicados sobre cada final de episodio para generar tensión y suspenso en abundantes dosis, sorprendiendo para bien en cada resolución posterior, con impensadas ramificaciones.

Paralelamente, la exploración del contexto en que se desarrolla la acción mediante las historias complementarias desplegadas en los inserts supera en importancia, por momentos, al planteo troncal, quizá por el hecho de mostrar en acción al resto de los superhéroes de la Liga en esas aciagas circunstancias. Hay algunos hallazgos creativos entre esos relatos breves que vale la pena descubrir, particularmente me permito destacar todo el run que muestra a Wonder Woman en su difícil labor materna, así como la caída y resurgimiento de Green Lantern, o el caso que le toca investigar a la Comisionada Yindel, algo así como la perspectiva humana en todo este asunto superhumano. El problema es que en el desenlace la participación del grupo está algo acotada, cuando el guión bien podría haber habilitado algunos números más para que la J.L.A. brille con mayor esplendor en batallas algo más elaboradas argumentalmente.

Después, hay algunos recursos narrativos reconocibles bien trabajados, como la mirada de los medios de comunicación acerca del accionar justiciero y sobre la invasión kryptoniana, pragmática a más no poder, o la utilización de las nuevas tecnologías, a través de chats y fotografías en tiempo real de ocasionales testigos en la calle, que otorgan un grado de mayor certeza sobre lo que sucede en verdad. Una bajada de línea nada sutil a la administración Trump y no mucho más. Digamos que el espíritu contestatario original se diluyó hasta casi desaparecer en este final, que vuelve a encontrar en buenos términos a Batman y Superman, reflotando aquella idea simplista de la necesidad del superheroísmo en el mundo, como así también su legado. Nada que no hayamos visto antes en otros cómics, con Kingdom Come a la cabeza.

 

#Culturanerd - Periodismo de corte fantástico

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