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3 x 3 x 2 = 0 (Fuller House, Older Style)

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3 x 3 x 2 = 0 (Fuller House, Older Style)

Segundas partes… bueno, ya saben como sigue.

Hace muchos años, en una televisión muy lejana, existía un programa llamado «Full House» y conocido en Argentina (dónde se emitía a través de Warner Channel) como «3 por 3». Era una sitcom de corte familiar que seguía la vida diaria de Danny Taner (Bob Saget) un joven padre y sus tres hijas D.J. (Candace Cameron), Stephanie (Jodie Sweetin), y Michelle (Mary-Kate y Ashley Olsen). A la muerte de su esposa, Danny decide pedir a su amigo Joey Gladstone (Dave Coulier) y su cuñado Jesse Katsopolis (John Stamos) que se muden con él para ayudarlo en la crianza de las pequeñas. Completaban el reparto la vecina y mejor amiga de D.J., Kimmy Gibler (Andrea Barber), la novia y más tarde esposa de Jesse, Rebecca Donaldson (Lori Loughlin) y en las últimas temporadas el novio de D.J., Steve Hale (Scott Weinger) y los hijos gemelos de Jesse y Bequi: Nicky (Blake Tuomy-Wilhoit) y Alex (Dylan Tuomy-Wilhoit).

Full House

La serie se emitió entre el 22 de septiembre de 1987 y el 23 de mayo de 1995, totalizando 192 episodios a lo largo de 8 temporadas. Aunque la primera temporada no parecía augurarle el éxito, a partir de la segunda el show alcanzó muy buenos niveles de audiencia, que mantendría hasta el final. Incluso se había planeado una novena temporada, que debió cancelarse debido a varios contratiempos, entre ellos el que Candace Cameron tenía confirmada su entrada a la universidad.

Este año, Netflix ha decidido resucitar de entre los muertos al show (y sus protagonistas) para una continuación llamada Fuller House (jugando con el título original «Casa Llena» y convirtiéndolo en «Casa mas llena» o quizá «casa llenísima») cuya primera temporada, compuestas por 13 capítulos puso a disposición de sus suscriptores en forma íntegra el pasado 26 de febrero.

La nueva serie se centra en el personaje de D.J., quien recientemente ha enviudado (esta familia tiene realmente muy mala suerte en lo que a matrimonios se refiere) y se las ve y se las desea para hacerse cargo de su trabajo como veterinaria y sus hijos Jackson (Michael Campion) de 13 años, Max (Elias Harger) de 7 años y el bebé Tommy (Dashiell y Fox Messitt). Ante esta situación, se ve obligada a volver a mudarse a la casa paterna y pedir ayuda a su hermana Stephanie (devenida una DJ de fama mundial) y su amiga Kimmy, quienes se van a vivir con ella. Kimmy está recientemente separada y se trae a su hija de 13 años Ramona (Soni Nicole Bringas), previsible némesis/interés romántico del hijo mayor de D.J. aunque más tarde este se sentirá atraído por Lola (Ashley Liao), la mejor amiga de Ramona. Otro personaje recurrente es Steve, el mencionado ex novio de D.J., que está divorciado y aún abriga sentimientos románticos por ella. De los nuevos personajes, cabe mencionar al ex marido de Kimmy, Fernando Hernández-Guerrero-Fernandez-Guerrero (Juan Pablo Di Pace). El tipo es un compendio de clises sobre los latinos que quizá cause gracia a los norteamericanos pero resulta ridículo y hasta ofensivo para cualquier hispanoamericano.

REGRESO SIN OLSENS

Si hay algo que puede decirse a favor de Netflix, es que logró la nada desdeñable proeza de reunir, después de 21 años a casi la totalidad del elenco original de Full House, al menos para el primer episodio de esta continuación. Y aunque solo sean tres los actores (mejor dicho, actrices) de Full House que forman el plantel estable de Fuller House, muchos otros tienen apariciones recurrentes o esporádicas a lo largo de la temporada. Las Grandes Ausentes son las gemelas Olsen, quienes como hemos dicho se alternaban para interpretar el papel de la hija menor de los Tanner. El productor de la serie, Bob Boyett,  explicó a la revista People la negativa de las hermanas a formar parte del proyecto con estas palabras: «Ashley me dijo “No he estado frente a una cámara desde que tenía 17 años, y no me siento cómoda actuando”» por su parte, Mary-Kate le respondió que «Tendría que ser yo porque Ash no quiere hacerlo, pero en este momento nos viene muy mal a las dos». La situación se vio reflejada en  la pantalla, cuando, una vez reunidos todos los otros actores, Stephanie pregunta por su hermana menor y su padre le responde:

«Bueno, Michelle manda cariños pero está demasiado ocupada manejando su Imperio de la Moda en Nueva York»

Y luego todo el elenco mira significativamente a cámara durante… demasiado tiempo. Aquí les dejo una representación gráfica del momento.

No Olsen

No Olsen

¡TEN PIEDAD!

Jodie Sweetin 4

¡Cómo crecieron las gemelas! (No, no las Olsen)

Como era de esperar, el primer episodio, con (casi) toda la familia reunida nuevamente en la misma casa que sirviera de escenario a la serie original es una llamada constante a la nostalgia del televidente, con los personajes repitiendo sus frases características en situaciones características. Desde los pies apestosos de Kimmy Gibler hasta los abrazos de Danny. Desde Joey dando vida a Mr Woodchuck hasta Jesse and the Rippers cantando For Ever. No faltaron los pasos de baile y sobre el final del capítulo, todos cantan la canción de Los Picapiedras alrededor de la cuna de Tommy para que este deje de llorar, mientras en la mitad de la pantalla se muestra la misma escena de la serie original. Tal y como dice Jesse, la principal enseñanza que nos deja este reencuentro es que Stamos y Loughlin se conservan en formol mientras al resto de los adultos del elenco los años y los kilos se les han pasado por encima.

Pero el primer episodio termina, el efecto nostalgia deja de funcionar (si es que en algún momento lo hizo) y Candace Cameron, Jodie Sweetin y Andrea Barber se encuentran teniendo que liderar una comedia que ha sido directamente trasplantada de los noventa en pleno siglo veintiuno. Dejando de lado las bromas sobre Donald Trump (y el escote de Sweetin) que aporta una cuota de adultez, la serie se basa en repetir un modelo muy naif que tiene ya casi tres décadas y la única manera en que alguien podría disfrutar de eso es siendo un auténtico fan de la versión original. Sin embargo, a pocos días de su estreno Netflix ya anunciaba con bombos y platillos la producción de una segunda temporada.

En resumen, si amaron Full House y, cual Peter Pan de la pequeña pantalla se niegan a crecer hacia comedias mas adultas entonces, esta es su serie y ustedes son su público. Si no… ahí mismo en Netflix tienen Orange is the new black, Don’t trust the B* in apartment 23 o Modern Family.

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