Las aventuras del justiciero de Gotham City

Animarse a más

Durante más de 75 años de historia, muchas fueron las adaptaciones fuera del medio impreso que ha tenido el personaje creado por Bob Kane y Bill Finger en 1939, pero si hay una traslación que verdaderamente representa la esencia misma del héroe y su entorno, ésta es, sin lugar a dudas, la del programa televisivo ‘Batman: The Animated Series’, que llegó a totalizar 85 episodios entre 1992 y 1995, seguida por ‘Batman: Gotham Knights’, con 25 nuevos capítulos entre 1997 y 1999.

Ganadora de dos premios Emmy, la producción que había surgido como parte de la estrategia publicitaria del segundo film del encapotado dirigido por Tim Burton, ‘Batman Returns’, estrenado ese mismo año, pronto devino en un suceso único e irrepetible, con historias fuertes, tan comprometidas como profundas, entre personajes creíbles, que abrevaba en el policial, el drama, la aventura, y hasta proponía sutiles toques de humor. Sin duda, uno de los mejores shows animados de la historia. Dirigido en principio a un público infantil, pero con argumentos verdaderamente adultos, siempre en el límite de los contenidos que las cadenas norteamericanas de TV ofrecen.

Parte del enorme mérito artístico y comercial recae en los nombres seleccionados por Warner Bros Animation para la producción del envío, gente con mucha experiencia previa en la animación, que tuvo a su cargo la tarea de repensar la mitología del murciélago, adaptando convenientemente sagas y personajes de diferentes épocas. Realizadores como Eric Randomsky, Alan Burnett, Glenn Murakami, Paul Dini y Bruce Timm. Estos dos últimos, también fueron de la partida a la hora de la correspondiente adaptación al cómic del envío, presentando aventuras creadas para la ocasión, con sendos aportes a ese particular universo. Algo de ese material acaba de ser editado por ECC España en el imprescindible -y voluminoso- tomo que integra la colección ‘Grandes Autores de Batman’.

Atracción fatal

Contrariamente a lo que muchos piensan, la mayor adición a la leyenda del vigilante de Gotham City surgida de esta interesante etapa, Harley Quinn, la demente pareja del Joker, se originó primero en el medio impreso, para luego adaptarse a la televisión.

El especial de 64 páginas ‘Batman Adventures: Mad Love’, con fecha de portada de Febrero de 1994 -a propósito de San Valentín-,  llevó la firma de Paul Dini en el guión, mientras que Bruce Timm -en su debut editorial-, estuvo a cargo de la faz gráfica. Este comic inicia el volumen, que se enriquece con un sustancioso prólogo del autor y comentarios del dibujante a propósito del ‘detrás de escena’ del proceso creativo.

La trama cuenta el impacto que genera en la desequilibrada y joven psiquiatra Harley Quinzel el conocimiento del payaso del crimen, a raíz de su trabajo con los internos en Arkham Asylum. Esa subyugación ocasionada por el carismático villano trastocará definitivamente su personalidad, para volverse su secuaz y -ocasional- novia. Obviamente, el mayor problema en esta enfermiza relación está dado por el ‘tercero en discordia’, que no es otro que Batman. Al menos así lo entiende ella, que va a idear un gran plan para sacar definitivamente del juego al justiciero, en un intento de congraciarse con su ‘pastelito’. Claro que va a conseguir exactamente lo contrario. Las caracterizaciones, el conflicto, el clima, los diálogos, todos los elementos del relato contribuyen a que esta historia sea memorable. Un clásico instantáneo.

Amenazas varias

Siguen narraciones breves, centradas en la galería de villanos del vigilante, publicadas originalmente en ‘The Batman Adventures, Annual 1’, también de 1994, con Dini escribiendo los guiones y notables artistas invitados en la gráfica. La simpática ‘Por el buen camino’, con arte de Timm, está dividida en dos actos y tiene como antagonista a otro aporte de la serie animada que paso sin pena ni gloria, Roxy Rocket, alterego delictivo de la realizadora de efectos especiales para cine Roxanne Sutton. El primer acto tiene apenas 4 páginas, que desarrollan un enfrentamiento en las alturas, en el que el héroe triunfa y la colorada villana es encarcelada por escaso tiempo. El segundo acto se compone de 11 páginas y es algo más sustancioso, se enriquece con un misterio a resolver y la participación de Catwoman, lo que da lugar a un particular trío.

Algo más extensa resulta ‘Espectáculo de marionetas’, con dibujos de Mike Parobeck y Matt Wagner, 16 páginas que describen un fallido intento de rehabilitación de Arnold Wesker, The Ventriloquist. Lejos del infame muñeco Scarface, pretende participar de un programa televisivo infantil como forma de mantenerse dentro de la ley desarrollando su oficio, pero diversas circunstancias confluyen para que la tragedia vuelva a reencontrarlo con la pérfida marioneta que expresa lo peor de su persona. La participación de Batman es providencial, para que el -triste- final no resulte todavía peor. ‘24 Horas’, tiene dibujos de Dan De Carlo, en un estilo más funny de lo habitual, con tintas de Timm, 4 jocosas páginas que refieren una salida de Arkham de Harley y su posterior vuelta, debido a un encuentro con su media naranja, crimen de por medio.

‘La sala de estudios’ vuelve sobre los pasos del Scarecrow, tiene una extensión de 9 páginas dibujadas Klaus Janson, quien evidencia marcadas limitaciones en este rubro pero se luce como entintador. Alejado de Gotham, el profesor Jonathan Crane decide adoptar una identidad falsa para dedicarse a la docencia universitaria en Letras, pero un caso de violencia de género a una de sus alumnas por parte de otro estudiante, determinará que vuelva a adoptar sus ropajes de villano para dar una lección que hubiese terminado en asesinato, de no mediar la intervención del hombre murciélago. ‘Risa después de medianoche’, está dibujada con excelencia por el maestro John Byrne, y relata en 10 páginas los sucesos posteriores a un enfrentamiento del Joker con su némesis, donde los pobres ciudadanos gothamitas sufrirán su ciclotímico humor.

La yapa

La selección incluye dos historias autoconclusivas, ambas con arte de Timm, aparecidas originalmente en diversas publicaciones relacionadas con esta versión del detective.

La primera vio la luz en 1997 dentro de la antología ‘Adventures In The DC Universe 3’, se titula ‘Crucero a la pesadilla’, y tiene una extensión de 6 páginas. Retrata un sorpresivo robo perpetrado por Poison Ivy en mar abierto durante un crucero benéfico en el que Bruce Wayne participa como organizador. Obviamente, su otra personalidad deberá intervenir para disipar la amenaza que suponen la villana y sus secuaces. La trama se resuelve rápidamente sin mayores obstáculos. La única crítica pasa por el hecho de que Pamela Isley no se luce en su rolo en ningún momento, a diferencia de lo que ocurre con el resto de los villanos en los relatos previos. El mayor atractivo está representado, sin dudas, por el dibujo. Una lástima.

En la segunda historia, de 12 páginas, ‘El alegre San Nicolás’, aparecida en ‘Batman Holliday Special 1’, de 1995, el protagónico recae sobre Batgirl, con gran participación de los detectives Harvey Bullock y Reneé Montoya, dos secundarios habitués del programa, en una confrontación contra Clayface que acontece en un shopping durante Navidad. Bárbara Gordon termina salvando el día con más astucia que fuerza física, y los policías también tienen su momento, al igual que el villano, con su estudiada movida para llevar adelante sendos atracos sin llamar la atención. Hay un comentario muy gracioso del artista acerca de una escena que tuvo que ser redibujada, debido a la intervención de los editores, y se incluye la versión original de la secuencia. Un plus por demás de gracioso, que el público lector masculino de seguro agradecerá.

En el nombre del Rey

El ‘The Batman Adventures Annual 2’, de 1995, está dedicado en su totalidad a una historia de largo aliento, 44 páginas en las que el dibujo comparte las firmas de Glenn Murakami y Bruce Timm -en un atractivo y logrado mix-, que también oficiaron de co-argumentistas con Dini. Realizado en tiempo récord y dedicado a Jack ‘King’ Kirby, relata una carrera contrarreloj entre Batman y Ra’s Al Ghul por la obtención de una misteriosa tablilla, capaz de desatar el infierno en la Tierra mediante la invocación de un demonio primigenio.

Para ganar, y muy a su pesar, el vigilante deberá aliarse con un experto de las artes místicas que habita en Gotham, Jason Blood, también enemigo del inmortal ecoterrorista. Obviamente, en una trama titulada ‘Demonios’, Etrigan no puede estar ausente, al igual que Talia, hija de Ra’s y gran amor de Batman.

En síntesis, algo que merece leerse, al igual que la nota que la acompaña, contando los pormenores creativos de su gestación. Y un más que digno homenaje a ese gran creador norteamericano, muchas veces menospreciado por la propia industria en la que dejó huella, tanto en DC como en Marvel Comics.

 La cereza del postre

Parte de aquel elogiado proyecto de DC Comics iniciado en 1996, donde enormes creadores del noveno arte se dieron cita por primera vez para retratar en historias de 8 páginas fuera de continuidad sus versiones del mito, dentro de lo que fue la primer miniserie titulada ‘Batman, Black And White’ -que tendría numerosas y celebradas continuaciones en el tiempo-, la historia ‘Tal para cual’ está íntegramente firmada por Bruce Timm, en lo que es uno de sus mejores trabajos fuera de la animación.

En clave policial negro, describe con maestría un intento del exfiscal de distrito Harvey ‘Two Face’ Dent por recuperar la cordura, dejando su insana obsesión por el crimen y la dualidad en el pasado. Su amigo Bruce Wayne le dará una mano para ello, pero el destino, bajo la forma de una mujer, intervendrá. Trágica e irrepetible narración que gana mucho a partir del adecuado coloreado en tonos sepia con el que se presenta en esta oportunidad. Un verdadero hallazgo, y un cierre genial para un tomo que no puede faltar en tu colección de comics. Seas o no seguidor de la serie animada en la que se basa.